jueves, 16 de abril de 2009

La revolución de Spotify

En agosto de 2006, Martin Lorentzon, fundador de Tradedoubler, y el emprendedor de nuevas tecnologías Daniel Ek constituyeron Spotify, un servicio de música streaming que, en cuestión de meses ha hecho más para erradicar la piratería musical que todo el esfuerzo conjunto de las grandes discográficas durante la última década.
Spotify ha logrado ofrecer un servicio que permite tener un acceso a un repertorio inmenso de música –según Lutz Emmerich, country manager de Spotify España, están subiendo unas 10.000 canciones al día- sin tener que pasar por un proceso de descargas que no siempre es fiable y que, a menudo, resulta muy lento.
El modelo de negoco de Spotify se centra en tres ofertas. a) un pase por un día que vale 99 céntimos, b) un servicio Premium que cuesta 9,99 euros al mes y ofrece acceso completo al servicio sin publicidad y con servicios adicionales ,como escuchar el nuevo disco de U2 o Depeche Mode unas semanas antes que los demás y, c) un servicio Free que reúne la mayor parte de los usuarios y que da acceso a Spotify a cambio de escuchar una cuña publicitaria entre 20 y 30 segundos cada 20 minutos.
El acceso a Spotify sigue siendo cerrado. Sólo se puede acceder mediante invitación de otro usuario y eso, por un lado, lo hace producto deseable y, por otro lado, permite a la compañía un crecimiento sostenible. Sin embargo, las cifras globales se sitúan en más de un millón de usuarios.
Durante varios años he sido un amante fiel a Last.fm, pero desde que hace unos días mi amigo David me invitó a Spotify, lo lamento mucho pero he cambiado de amante. Spotify es absolutamente increíble, ya que te permite escuchar desde un recopilatorio interminable de tu estilo de música favorita hasta la discografía completa de tu artista preferido.
Hace unas semanas, un artículo publicado en El País Semanal, donde se mostraba a un superhéroe verde con el logo de Spotify arrancando la cabeza de una mula -parodiando a eMule- es un fiel reflejo de la revolución que se está realizando en internet con los servicios P2P.

Si John Miles escribió “music was my first love and it will be my last”, Spotify está consiguiendo que este amor sea mucho más cercano, ameno y a la medida de cada uno.

Fuente: revista Brandlife

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