domingo, 25 de enero de 2015

Fink en Barcelona, placer brutal


¿Cómo se puede describir en pocas palabras la vivencia de una hora y media de tu tiempo en completa armonía con todo lo que te rodea? ¿Existe alguna palabra en el vasto diccionario de la vida que resuma y, sobre todo, respete el sentimiento de plenitud que sentí el pasado viernes, 23 de enero, entre las 21:20 y las 23 horas dentro de la Sala Bikini de Barcelona gozando con la actuación de Finian Greenall, artísticamente conocido como Fink, y sus maravillosos secuaces, Tim Thorton -tocando guitarra y batería- y Guy Whittaker al bajo? ¿Cómo retratar tu mente y tus sentidos en el momento que escuchas obras de arte musicales como Perfect Darkness, This is the Think, Hard Believer, Pilgrim y tantas genialidades interpretadas por las diversas guitarras acústicas y la fabulosa, mágica y poderosa voz de Finian?

Lo siento pero, por mucho que me devane los sesos, no descubro esas palabras que busco, por lo que, con toda la honestidad del mundo, describiré el concierto de Fink en Barcelona como un placer sensitivo, un gozo para mis oídos, una inyección de adrenalina para mis piernas y pies que no pararon de moverse, una relajante gimnasia para mi cuello y una dosis vital de energía para mi mente.


Fink me envolvió, me hizo partícipe de su arte, me sedujo desde la primera hasta la última nota y, al final del concierto, me dejó como todo genio debe dejar a quien lo saborea, con la boca abierta y deseando que ese momento vuelva lo antes posible.

Por cierto, no puedo dejar de mencionar a Douglas Dare, el artista que actuó antes que Fink. Un músico al que no se le debe perder la pista, porque su música chamber o art-pop cautiva mucho. Su disco Whelm es una de esas producciones que, de tanto en tanto, debes escuchar, como un buen libro de Byron.


lunes, 19 de enero de 2015

Mi TOP 15 del 2014

1 – CRAIG ARMSTRONG – It’s Nearly Tomorrow
Poco más puedo decir del gran compositor escocés, solamente que, desde que editara su primer disco en solitario en 1997, The space between us, ha sido un placer esperar sus trabajos, sea en solitario como en banda sonora, como Moulin Rouge, Love Actually, Elizabeth, etc; pero It’s Nearly tomorrow es como si el cielo pudiera ser tocado, como si el universo hubiera descubierto su propio big bang musical, como si todos los sentimientos del mundo hubieran deseado tener definitivamente un disco a su imagen y semejanza. Craig Armstrong ha conseguido que la música sea belleza pura.

2 – DAMON ALBARN – Everyday robots
Lo confieso, nunca he sido un gran seguidor de Blur, y en contadas ocasiones he disfrutado con Gorillaz, pero con su Everyday Robots, Damon Albarn me ha demostrado que: a) es un auténtico genio de la composición y b) que la piel de gallina se consigue incluso en lugares insospechados. Una auténtica obra maestra de la composición y, sobre todo, de los arreglos orquestales.



3 – COLDPLAY – Ghost stories
El siguiente que me diga que hacer música es fácil, que basta jugar con sólo siete notas le meto el pen drive por el black hole. Y si hacer música ya es muy complicado, haber hecho seis álbumes donde, en cada uno de ellos, hay cuatro o cinco temas que podrían perfectamente ser considerados como himnos, esto ya raya lo imposible. Coldplay lo ha vuelto a hacer. Escuchar temas como Magic, A sky full of stars, True Love o Always in my head es un placer para quien ama la buena música. Dicen que este año sacan su último álbum juntos. NO PLEASE!

4 – LAMB – Backspace unwind
¿Art pop? ¿Electropop? ¿Downtempo? ¿Trip Hop? Da igual. La música de Andy Barlow y Lou Rhodes ya no precisa de etiquetas, está muy por encima de ellas. Su música es MÚSICA con mayúsculas, de ritmos mágicos, de voz angelical. Si todavía no lo comprendéis, comprobadlo vosotros mismos y decidme quién, tras escuchar We Fall In Love, no se ha dado cuenta que ha movido hasta su última célula al ritmo de este tema, o quién no se ha conmovido con la increíble, sensual y dolorosa voz de Lou escuchando Nobody Else.

5 – U2 – Songs of Innocence
Sé que voy a ser despedazado, dilapidado o, incluso, despreciado por muchos… pero… ¡el último disco de U2 es una maravillosa pasada! Lo he dicho y sigo vivo, y lo seguiré diciendo ante todo el mundo. Bono, The Edge & company han hecho un disco que me llena desde la primera hasta la última nota, que me hace tararear una tras otras las canciones que confluyen, surfean y se sazonan entre ellas a la perfección, creando estos temas llenos de una inocencia muy profesional, una inocencia muy madura, una inocencia perfectamente contagiosa. 

6 – ABAKUS – Tokyo Express EP
¡Por favor, qué gozada!¡Rhythm is the power!
Y Russell Davies, el verdadero nombre de Abakus lo sabe desde su primer trabajo, editado en 1994 bajo el título That Much Closer To The Sun. Pero es que Tokyo Express EP es una lección de ritmo, de bases hipnóticas, rebosante de fuerza y, sobre todo, adrenalínicas; porque escuchar este fantástico trabajo de Abakus te da un subidón de energía pura… y sin necesidad de polvitos mágicos. Si todavía dudas, escucha Lights Dub y lo comprenderás todo.

7 - ANATHEMA – Distant satellites
Este último trabajo de los hermanos Cavanagh es la gran sorpresa de esta lista; no porque sea un disco que no lo merezca sino porque… cómo explicarlo… hay días que, al escucharlo lo lanzarías directamente por la ventana o por el retrete pero, al día siguiente, o a la semana siguiente, lo vuelves a escuchar y te das cuenta que has dejado de leer, de comer, de respirar, dejar de hacer lo que estás haciendo porque el disco te ha hipnotizado. Y sea por lo repetitivamente machacón o por lo adorablemente intenso que lo encuentres, ¿no ha de ser eso la música en su plenitud? Pues eso, escuchad Instant Satellites, seguro que alguno de sus satélites instantáneos  - The Lost Song part II, Ariel o You’re not alone por poner sólo tres ejemplos-, te dejarán flotando en su gravedad.

8 - BRYAN FERRY – Avonmore
Amo a Bryan Ferry. Lo digo sin limitaciones ni subterfugios, sin vergüenza ni desconciertos. Amo su voz aterciopelada, su estética y buen gusto, sus canciones y arreglos, su perenne tupé e, incluso, la cara de oler mierda que se le pone cuando canta. Aunque, como todo buen amor, hay momentos en su longeva carrera que me ha decepcionado, Bryan, mi Bryan me vuelve a renovar mi amor incondicional por él, me susurra al oído con su voz de gominola nouvelle cuisine y me lleva de nuevo al recto camino de la rendición musical. Gracias por tu Olympia del 2010, y gracias por haberme enseñado la luz casi divine con tu Avonmore.

9 - AMETHYSTIUM – Trascience
Lento, melancólico, relajante y muy melódico. Con estas palabras se podría describir este álbum sin errar. La música de Amethystium –cuyo verdadero nombre es Oyster Ramfjord-consigue crear un ambiente muy relajado, llenándolo de melancolía a veces e, incluso, de dolor, pero un dolor que consigue que los sentimientos oscuros se llenen de positivismo. Si la música cura, entonces Trascience probablemente sea uno de los más cercanos a hacerlo. El multi-instrumentista y productor noruego ha conseguido un trabajo de piel de gallina, casi perfecto, sin un atisbo de aburrimiento, que te mece desde la primera hasta la última nota, dejándote con un sabor placentero y dulce en toda tu piel.

10 - FINK – Hard Believer
¡Fin Greanall lo ha vuelto a hacer! ¿Cuántas veces he dicho que no soy amante del folk? ¿Qué Bob Dylan, Joan Baez y compañía nunca me han dicho nada? Pero va y el compositor de Brighton edita un nuevo álbum, y yo que lo veo, y yo que lo escucho y… he caído en sus redes de nuevo, en su voz, en su guitarra, en su simplicidad, en sus acordes terroríficamente dulces y sinuosos. Y no sólo hago esto sino que el próximo 23 de enero lo voy a ver en concierto. Ya os diré. Mientras tanto, ¡long live Fink!

11 - CELESTIAL – Return to Dubstation
Durante la última década del siglo XX fue varias veces a Asia, tanto por motivos laborales como de vacaciones, y recuerdo que, en Hong Kong, escarbando en las tiendas de CD, descubrí una maravilla firmada por un grupo llamado Celestial. Posteriormente descubrí que es un grupo de estudio creado por el productos Peter Millward y algunos de sus grandes amigos en Hong Kong bajo su propio sello Drum Music. Conseguir sus discos me ha sido muy difícil, pero cada vez que tenía uno en sus manos, estaba días seguidos sin parar de escucharlo. Return to Dubstation es su último trabajo, y quien ame la música de fusión, la electrónica con raíces étnicas, la buena música con base dub debe conocer a Celestial. Un placer asiático en todos los sentidos.

12 - HOW TO DRESS WELL – What is the Heart?
El primer disco de Tom Krell, bajo ese nombre artístico tan fashion de How To Dress Well, lo encontré interesante pero con lagunas en la producción –aunque luego se comprobó que lo hizo a propósito. Su segundo trabajo, Total Loss, ya me gustó más pero, en mi opinión seguía usando en demasía los falsetes alarmistas. Se edita What is the Heart? y me pongo ante él con la sensación de que será la última oportunidad que brinde a Tom, y mira tú por dónde que me hace un trabajo completito, lleno de buenas melodías, con una voz mucho más elaborada y cambiante y un auténtico placer para mis oídos. Muy bueno.

13 - OWEN PALLET – In conflict
El segundo trabajo del canadiense Michael James Owen Pallet-Plowright, que firma sus discos como Owen Pallet, me llegó cuando hacía una de mis incursiones aventureras entre algunas de aquellas etiquetas artísticas que tanto gustan a los críticos para encajonar estilos en cuadrículas nunca pentagrámicas. En definitiva, escuché In conflict como un recién nacido frente a su primer chupete. Y he de confirmar que me gustó, y mucho. Que nadie espere algo rimbombante o grandilocuente, porque las composiciones de Owen Pallet difieren mucho de esto, sin dejar de considerar que están muy bien producidas, música art-pop llevada a un extremo que, sin lugar a dudas, seguiré en un futuro muy cercano. Y, si no me creéis, escuchad la maravilla titulada The sky behind the flag.

14 - KISHI BASHI – Lighght
Uno de esos fantásticos trabajos discográficos para cerrar los ojos y olvidarnos por unos buenos minutos del suplicio que nos rodea y permitir que la música te lleve, cual viaje astral, hacia una virtual campiña verde, repleta de árboles frutales y con la fresca brisa acariciándote el rostro y limpiándote de la suciedad económico-social que nos rodea; y todo ello sin mover tus posaderas del sofá. El violinista, nacido en Seattle, Ken Ishibashi nos seduce con un conjunto de bellas canciones y ritmos muy bien trabajados. Eso sí, si he de decir algo negativo, reconozco que su voz me llega a cansar un poco. Queda dicho.

15 - ALT-J – This Is All Yours
Interesante trabajo relajante del grupo indie inglés de Joe Newman y compañía y, en mi opinión, bastante más redondo que su primer álbum An Awesome Wave. This is all yours es otro disco perfecto para una de esas tardes de fin de semana otoñal que no tienes ninguna gana de salir sino que deseas quedarte en casa con tu pareja, sentados en el sofá, con un buen libro en la mano y música de fondo. La voz de Joe Newman (a veces demasiado parecida a Bon Iver), la instrumentación sencilla pero efectiva de sus temas y el ambiente cálido que las envuelve te dejan un regusto de paz y de haber pasado uno de esos momentos mágicos.