miércoles, 31 de mayo de 2017

Spirit de Depeche Mode

Después del poco impacto que me produjo Sounds of the Universe y que debo ser uno de los pocos que le gustó su último trabajo, Delta Machine, estaba un poco desorientado ante su siguiente trabajo. Después de escuchar Spirit, me alegra decir que es de lo mejorcito que han hecho en años.

Inicialmente, pensé que todo el disco iba a seguir en la vena del single Where's the Revolution, que es una canción que no está mal pero no para tirar cohetes, pero hay algunos momentos inesperadamente grandes a lo largo del álbum que podrían, incluso, rivalizar con algunos de los momentos de sus mejores álbumes. Canciones como Scum, Fail o Cover me, por ejemplo, podrían encabezar una lista personal de Depeche Mode, ya que vuelven a reflejar lo que ha hecho grande a los chicos de Essex, esto es, la melodía oscura y provocativa. Las líneas de bajo son arrolladoras, el sonido es cristalino y las bases sintetizadas son como ilusiones creativas, así como los riffs rock / blues / soul que suenan como sólo DM puede hacer, mezclando y produciendo su propio universo musical. Mención aparte la voz de Dave Gahan que sigue estando en un nivel superior, Martin Gore –al que le tengo una adoración especial desde siempre-, y un Andy Fletcher que se mantiene a la misma altura que sus colegas.

Spirit es un lanzamiento muy inspirado y muy emocional, algo de lo que estoy muy orgulloso que haya sucedido, especialmente cuando estamos hablando de un grupo que sacó su primer trabajo hace 37 años y Spirit es su álbum número 14. Poca broma.

Valoración personal (de 0 a 10): 8

lunes, 29 de mayo de 2017

Ocho millones de maneras de morir de Lawrence Block

La ciudad de Nueva York puede ser un sueño o una pesadilla para los millones de personas que, a diario, recorren sus calles y avenidas. El detective Matthew Scudder, alcohólico en terapia, podría dar fe de ello tras años tratando con los personajes más sórdidos que habitan en ella. Sólo la bebida le ha mantenido apartado de la cruda realidad en sus escasos momentos de lucidez. Pero Scudder deberá enfrentarse nuevamente a la vileza de la gran urbe cuando la joven e ingenua Kim, una prostituta que perseguía un sueño, es brutalmente asesinada. Entonces, la vida de Scudder se volcará en la resolución de tan horrendo crímen, aunque sea la última buena acción que haga en su vida.

Descarnada novela policíaca de uno de los más reconocido maestros del género, Lawrence Block, y protagonizada por su detective fetiche. Publicada originariamente en 1982, Ocho millones de maneras de morir fue posteriormente un éxito en la gran pantalla gracias a una versión cinematográfica protagonizada por Jeff Bridges en la piel del detective Matthew Scudder.

Opinión: En pocas ocasiones he sufrido tanto con un protagonista como con el alcohólico detective Matthew Scudder, un personaje crudo, solitario, luchador y perdedor a la vez de su conflicto diario con la bebida, un hombre que conoce su ciudad como la palma de su mano, desde las líneas de la vida hasta la mugre bajo las uñas, pero que no conoce su propia fuerza interior, que bajo su nula capacidad combativa frente al alcoholismo saca una energía inaudita para tratar de descubrir al asesino de Kim, que sin poder hablar en ninguna ocasión frente a los otros asistentes a las diarias reuniones de exalcohólicos en las que acude es capaz de hacer hablar al más pintado con sus silencios.
Lawrence Block, cuyos primeros trabajos los publicó bajo seudónimo en revista pornográficas de los años 50 y que en 1993 fue nombrado Gran Maestro por la Asociación estadounidense de escritores de misterio, nos regala con una novela relativamente corta pero intensa, que lees de una tirada porque no puedes dejarla; porque el personaje de Matthew Scudder te regala momentos inolvidables. 

Valoración personal (de 0 a 10): 7,8

viernes, 26 de mayo de 2017

Entradas: Pink Floyd en 1988


Fecha: Miércoles, 20 de julio de 1988
Hora: 21:30
Precio: 3.000 ptas.
Lugar: Antiguo Estadio de Sarriá
Artista: PINK FLOYD

Bajo el título de The momentary lapse of reason Tour, Pink Floyd nos ofreció un espectáculo de más de tres horas de duración en el que combinaron los efectos visuales, fuegos artificiales y, sobre todo, música de la buena.

Dos días antes se había iniciado la instalación del gigantesco escenario por más de 200 personas, 650.000 watios de luz y 370.000 de sonido cuadrafónico y las 45.000 entradas se habían agotado.

David Gilmour, Nick Mason y Rick Wright se presentaron en el escenario acompañados por Jon Carim –teclados-, Tim Renwick –guitarra-, Guy Prapt –bajo-, Scott Page –saxo y guitarra- y Gary Walli –percusión-, acompañados por tres chicas en el coro: Margret Taylor, Rachel Fury y Durga McBroon, todos ellos con una técnica increíble, lo que, en mi modesta opinión, me llevó a no echar de menos a Roger Waters, que se había separado de la banda para intentar chupar de la teta de la vaca de The Wall en solitario.

El escenario, de más de cinco pisos de altura se rodeó durante el concierto de una gran selección de sonidos, desde el trinar de pájaros al vuelo de aviones recorriendo las diversas columnas de altavoces, produciendo un efecto envolvente antes de iniciarse Shine on your crazy diamond, y un enorme círculo que lo presidía, convirtiéndose en un sol lanzando destellos multicolores o transformándose en pantalla gigante con imágenes que se proyectaban al ritmo de las canciones.

Cuatro módulos con aspecto de platillo volante desplegaron sus luces sobre los músicos y el público, cuatro robots llenaron el cielo con rayos laser creando formas geométricas, niebla artifical a tuttiplen con olor a incienso, y una enorme forma, mezcla de pájaro y avión que cruzaba el recinto en diagonal, desde el campo hasta lo más alto del escenario.

La primera parte del concierto estuvo dedicado exclusivamente a los temas incluidos en el álbum A momentary lapse of reason, y en la segunda parte, tras un descanso de quince minutos, Pink Floyd buscó lo más difícil todavía en cuanto a espectacularidad, con un gigantesco cerdo con los ojos iluminados recorriendo el cielo, así como una cama con enfermo incluido.

Tras otro breve descanso, los miembros de Pink Floyd volvieron a la carga con dos temas más, One slip del último disco y Run like hell de The Wall, canción con el que finalizaron un concierto espectacular, perfecto y donde se demostró que, a pesar de la inmovilidad de los artistas, el espectáculo de Pink Floyd era uno de los más alucinantes de la escena musical.

Por cierto, de aquella gira salió el álbum en vivo Delicate sound of thunder, editado en noviembre de aquel año, y en junio de 1989 salía a la venta el vídeo.

miércoles, 24 de mayo de 2017

Light de Midival Punditz

Midival Punditz está formado por Gaurav Raina y Tapan Raj, un dúo de jóvenes de Nueva Delhi que ya se han hecho un nombre en el mundo de la electrónica y la world fusion, gracias a la increíble y hermosa destreza que poseen en entrelazar los elementos más actuales a nivel electrónico con voces e instrumentos autóctonos de la India, creando unas atmósferas muy bellas que te llevan a un viaje a través de la país del sudeste asiático, a lomos de elefante y vestidos con los trajes de algodón tradicionales, pero llevando en los oídos unos auriculares de la más novedosa tecnología y acompañándote con ritmos creados tanto por samplers como por flautas ancestrales.
Ha actuado con grupos y artistas de la talla de Alicia Keys, Will.I.Am, Usher y Norah Jones y, además de ser unos grandes ídolos en su país, ya son unos de los aristas punteros del acreditado sello Six Degrees Records.

Los empecé a seguir en 2002 cuando me llegó a los oídos su primer álbum, titulado –originalidad de las originalidades-, Midival Punditz, Tres años más tarde, me asombraban nuevamente con su trabajo Midival Times, donde demostraban que su perfecta producción y su inaudita fusión étnica electrónica no había flor de un día. En el 2009 publicaban su tercera producción, Hello Hello, una auténtica obra de arte imposible de dejar de escuchar una y otra vez.
Seis años más tarde –se toman su tiempo entre un trabajo y otro, lo que me llevó a pensar que se curran al milímetro cada una de sus producciones-, salía su último trabajo hasta la fecha, titulado Light, y donde abren una nueva puerta a su repertorio, al añadir algo de rock y comercial dance, abriendo un abanico inabarcable de posibilidades para producciones futuras.

Lo cierto es que escuchar cualquier trabajo de Midival Punditz no es nada aburrido ni monótono porque, cada uno de sus temas es un mundo en sí mismo y su perfecta fusión de lo tradicional con lo innovador es un claro reflejo de, en mi opinión, una de las vías más hermosas y límpidas de la música del futuro próximo.

Valoración personal (de 0 a 10): 7,5

lunes, 22 de mayo de 2017

Una vida de lujo de Jens Lapidus

El legado se ha transmitido. De padre a hija. De hermana a hermano. La actitud, el honor, el poder. El dinero sucio, no importa de dónde proceda, se pasará a efectivo cuando lo haya blanqueado la persona correcta: JW no ha malgastado el tiempo que ha estado en la cárcel Y está planeando una reaparición por todo lo alto. Jorge está cansado de su nueva y rígida existencia vendiendo cafés y capuccinos. Una vida llena de lujos surge en el horizonte cuando planea su último golpe. Esta vez se trata de mucho dinero. Pero la policía le pisa los talones. Un policía de incógnito se ha infiltrado en los círculos criminales de Estocolmo, muy cerca de Jorge. Mientras tanto, el jefe Radovan se encuentra con un asesino implacable y su hija Natalie ha de dejar de ser la adolescente nueva rica para tomar más de un timón en su vida.

Opinión: Tercera y última parte de la aclamada Trilogía negra de Estocolmo y, como siempre, Jens Lapidus nos ofrece una novela redonda en cuanto a conocimiento de los bajos fondos de Estocolmo, y sus tramas, se mueven y entrelazan de un modo alucinante.
Pero, ¿qué me ha ocurrido tras su lectura? Pues que me ha dado la sensación que el cojonudo de Jens tenía prisa en sacarse de encima la trilogía, y Una vida de lujo me ha llevado a pensar que la ha escrito con demasiada rapidez. Tramas bien concebidas pero algo estiradas al final, escenas algo surrealistas –como la que se reúnen en un mismo edificio varios personajes, gente del hampa y mogollón de policías, todos armados, y la termina con un tararí de fábula infantil, diciendo algo así como que se armó un pitote de la hostia, quedándose tan ancho-, y personajes que hubieran necesitado un pulido final. Por una parte le faltan algunas páginas para terminar de perfilar secuencias y personajes y, por la otra, le sobraban unas cuantas páginas de descripciones ya desarrolladas en los otros volúmenes.
De todos modos, a partir de ahora, todo lo que vaya firmado con el nombre de Jens Lapidus me lo pido sin duda alguna. Ahora sí, que la trilogía la haya terminado definitivamente. Gracias.

Valoración personal (de 0 a 10): 7,7

viernes, 19 de mayo de 2017

Entradas: Peter Gabriel 1993


Fecha: Lunes, 10 de mayo de 1993
Hora: 22:00
Precio: 3.500 ptas.
Lugar: Palau Sant Jordi
Artista: PETER GABRIEL

Faltaban apenas cinco minutos para la medianoche y más de 13.000 seguidores reclamábamos la reaparición de Peter Gabriel y su banda en el escenario para que continuase el concierto que se había iniciado casi dos horas antes, un concierto de música y espectáculo que se había cerrado con el artista de Surrey y su banda desapareciendo en una maleta que, a su vez, había desaparecido bajo una cúpula que representaba el mundo.

Así reaccionamos entusiasmados ante la originalidad de la música y escenografía que nos habían ofrecido para presentar su último trabajo editado, titulado So, para que, finalmente, reaparecieran y nos regalaran con dos nuevos temas, uno con la colaboración del telonero, el artista keniano Ayub Ogada, y la otra, como despedida final, del tema Biko.

Peter Gabriel nos mostró todo lo que esperábamos de él, tanto en el aspecto artístico, con una enorme creatividad y un dominio vocal y expresivo, como en el humano, con alusiones al racismo, al Tercer Mundo y a la guerra, con detalles ecologistas –como hacer emerger un árbol en el escenario-. Imaginación no faltó, porque el escenario fue de los más originales que se habían visto, con una plataforma cuadrada y otra circular unidas por una larga pasarela con cinta deslizante y con numerosas trampillas por donde aparecían y desaparecían los músicos, instrumentos y complementos del escenario, desde la cabina telefónica utilizada en Don’t talk –tema con el que se inició el concierto- hasta una cama en el tema In your town, una sencilla pero fantástica iluminación y una pantalla de video.

La comunicación entre el público y el artista fue increíble, lo que provocó una entrega absoluta. Y de música vino sobrado, con temas como Steam –con trucos con vapor-, Games without frontiers –con una coreografía militar impactante e irónica, Shaking the tree –Con Gabriel y los músicos desplazándose de una plataforma a otra como si estuvieran navegando, The woman and the man, San Jacinto, Shock the monkey, Solsbury Hill, Sledgehammer o Secret world.

En definitiva, un concierto que, aunque pasen los años, seguro que todos los que lo disfrutamos, lo seguimos teniendo en nuestras mentes.

miércoles, 17 de mayo de 2017

This is all yours de Alt-J

Para mí, los mejores álbumes son como cuentos. La única diferencia entre la música y las formas más tangibles de la narrativa es que, por lo general, la historia no es explícita. La música no tiene que ser sobre algo específico, sino que a través de palabras, acordes y sonidos, puede sutilmente implicar narrativa - un sentimiento o lugar o tiempo específico - como la pintura en un lienzo abstracto.

De esta manera, This Is All Yours es particularmente evocador. A diferencia de muchos álbumes, que simplemente evocan un estado de ánimo en su conjunto, cada pista aquí parece crear una imagen diferente en mi cabeza. A pesar de estar interesado en la música, soy bastante una persona visual y, cuando escucho muchas cosas, lo único que puedo imaginar es la obra de arte, que no siempre refleja bien en la música. Aquí, sin embargo, mientras que la obra de arte juega un papel -el expresionismo multicolor que representa la profundidad y la variedad del álbum-, las pistas mismas crean una gran parte de la pintura a través de la variación en el tono y el timbre. Desde los intermedios acústicos moderados como Pusher y Arrival In Nara hasta la austera electronica de Hunger of the Pine, pasando por Choice Kingdom que gira en torno a los horrores del colonialismo británico, mientras que Nara se alza contra la prohibición del matrimonio homosexual.

A pesar de las diferencias entre los temas, sin embargo, el álbum se siente bien cohesionado. Esto podría ser simplemente a factores recurrentes como la voz única de Joe Newman cantando y el uso inventivo de percusión de Thom Green, pero creo que también se deriva de la perfecta elaboración y estructuración del álbum.

Este viaje transcurre hasta la pista final, Leaving Nara que, después de la poderosa conclusión de Bloodflood pt.II, la recibes como la calma después de la tormenta, un momento de calidez antes de perder la conexión con el mundo creado en This is all yours y volver a nuestras propias vidas caóticas, sin estructura. Pero, en efecto, ese es el propósito del álbum y, por supuesto, cualquier otra forma más tangible de narrativa. Las historias, con sus comienzos y finales y realidades controladas, son lo que dan el pulso vital a nuestra existencia, y Alt-J son, sin duda alguna, expertos en decirnos que la última decisión siempre depende de nosotros, como todas las obras maestras.

Valoración personal (de 0 a 10): 8,5

lunes, 15 de mayo de 2017

Nunca la jodas de Jens Lapidus

En esta segunda parte de la Trilogía Negra de Estocolmo Jorge, Mrado y JW, los antihéroes de Dinero fácil, ceden la batuta a Mahmud, Niklas y Anders. Los bajos fondos de Estocolmo sigue siendo el escenario en el que sus protagonistas se mueven como peces en el agua entre maleantes, estafadores, mafiosos y ex convictos.
A Mahmud no le queda otra que acabar trabajando para el capo yugoslavo Radovan tras su paso por la cárcel. Niklas vuelve a casa de su madre después de unos difíciles años en Irak enrolado en una organización militar. Y Thomas Andrén se debate entre policía corrupto y delincuente de poca monta. Un caso de asesinato en el que hay más sombras que luces se convierte en una niebla que envilece las calles de la capital, y además hace que los protagonistas tropiecen con algo que podría resultar demasiado grande... Incluso para la propia Suecia: la muerte del primer ministro, Olof Palme.

Opinión: Nunca la jodas es la segunda parte de la conocida como Trilogía Negra de Estocolmo, escrita por Jens Lapidus, y sigo estando hipnotizado por la forma de escribir de este abogado penalista sueco, que no llega a la cuarentena y que, gracias a su experiencia personal en los juzgados y, sobre todo, a su gran creatividad y conocimiento de los engranajes del buen escribir, consigue que el lector se convierta en uno de los personajes en la sombra de sus relatos y se haga partícipe de las alegrías –pocas- y sinsabores –muchos- de sus protagonistas. En este segunda novela nos presenta nuevos personajes que, de un modo u otro, se entrelazan con los presentados en la anterior, Dinero fácil, como un nudo gordiano que nos muestra el camino hacia el tercer y último título de la trilogía, demostrando que Jens Lapidus no sólo sabe escribir de maravilla sino que tiene una organización y una creatividad desbordante y fantástica.

Valoración personal (de 0 a 10): 8

viernes, 12 de mayo de 2017

Entradas: Depeche Mode 2006


Fecha: Viernes, 10 de febrero de 2006
Hora: 22:00
Precio: ¿?
Lugar: Palau Sant Jordi
Artista: DEPECHE MODE

Actuaron dos días en un Palau Sant Jordi que agotó las entradas de los dos conciertos, es decir, como en cada ocasión que han venido los de Basildon, la asistencia fue un éxito rotundo; pero es que el concierto no decepcionó en ningún instante.

Empezaron con A pain that I’m used to, la canción cuya sirena de alarma anunciaba el regreso de Depeche Mode con su onceavo disco, titulado Playing the angel.
Dave Gahan, con americana, y Martin L. Gore, a la guitarra y con un disfraz negro bastante original y –por qué no decirlo, hortera a parir-, se convirtieron desde el segundo uno en las estrellas de la noche, secundados por un batería y un teclista que secundaba a un Andy Fletcher en segundo plano. Posteriormente, sonaron otros dos temas nuevos, John the revelator y Precious, alternados con algunos clásicos como Question of time y Policy of truth.
El concierto fue tornándose más  duro, agresivo, descarnado, motivado tanto por el repertorio seleccionado como por la simbiosis con la vestimenta de Dave Gahan –empezó el concierto vestido, luego con levita y, finalmente, a pecho descubierto- y su perfecta comunión con un público que nos habíamos entregado incondicionalmente a sus creaciones. Una pasarela ayudaba a crear una unión más perfecta, pasarela por la que Gahan y Gore dejaban adorarse. Al fondo del escenario, unas pantallas proyectaban palabras (dolor, sinceridad, vicio, culpa, amor,…)  y un diseño futurista en los teclados daban ese aspecto depechemodiano puro. Sin olvidarnos de la gran esfera colgada sobre el escenario.

El nuevo repertorio fue sonando, Suffer well, The sinner, Macro y especialmente, Home, donde Dave se dio su particular baño de multitudes particular. Y se inició el asalto final, con un increíble I fell you, para pasar a Behind the wheel, World ¡n my eyes, Personal Jesus y Enjoy the silence, es decir, un repóquer de temas de esos que te hacen tirar tus cartas sobre la mesa desesperado y sabiendo que te han vapuleado de lo lindo.

Tras la típica fingida despedida, el turno de bises se inició con Shake the disease para pasar al clásiquísimo Just can’t get enough, Everything counts, Never let me down again y Goodnight lovers fue el tema de despedida final.

Depeche Mode nos había vuelto a emborrachar de energía, buenos temas, conexión y, a pesar de los años, frescura y verosimilitud.

miércoles, 10 de mayo de 2017

Eyes to the height de James Murray

James Murray es un artista de sonido electroacústico con sede en Londres, productor y multiinstrumentista. Sus producciones entrelazan elementos de electronica, downtempo, jazz y dub en exploraciones emotivas de cómo interactúan lo orgánico y lo electrónico y donde sus composiciones se unifican por un toque ligero y una firme paleta sonora que frecuentemente incluye la guitarra tratada, el piano y la electrónica procesada. Murray es conocido por sus trabajos en solitario, remixes y lanzamientos hechos a mano de Slowcraft Records, su propio sello discográfico.

Yo sigo a este músico desde sus inicios en solitario cuando editó Where edges meet en el 2008, y tras algunos otros trabajos como Floods, The land bridge, Mount view o Loss, algunos de los cuales me llevaron un poco a pensar en abandonar su seguimiento, volvió a mostrarme su sello inconfundible con sus últimos trabajos, The sea in the sky y, especialmente, del que quiero tratar hoy, Eyes to the height, editado el año pasado.

Desde un principio reconozco que no es un artista de masas, muy al contrario, es un artista que desarrolla una intimidad difícil de aceptar, pero cuando escuchas temas como What can be done, Ghostwalking o el bellísimo tema que da título al álbum, te demuestra que puede penetrarte muy profundamente y que su música –aunque sería mejor describirlo como sus creaciones de ambientes- es una compañera ideal para aquellos momentos de interioridad, de individualismo, de sustancia, esos momentos que uno necesita para sentirse bien consigo mismo y aislarse del mundanal ruido.

Valoración personal (de 0 a 10): 7,5

lunes, 8 de mayo de 2017

Dinero fácil de Jens Lapidus

Los bajos fondos de Estocolmo son un sumidero al que han ido a parar todos los desechos de la sociedad sueca: drogadictos, camellos, putas, mafiosos, ladrones, bandas... Todos quieren defender su territorio y lucrarse a cualquier precio. Campan a sus anchas por las páginas de esta incisiva novela y la policía sólo aparece en las actas judiciales. Una novela policial sin policías donde el objetivo es obtener Dinero de la forma más fácil posible.
Jorge, JW y Mrado forman parte de la fisonomía de estos bajos fondos. Jorge está entre rejas, aunque en poco tiempo se fuga para cargarse al chivato que lo enchironó. Mrado se ve incapaz de compatibilizar su papel de matón yugoslavo con el de padre que lucha por la custodia de su hijita. Y JW conduce un taxi mientras se viste con ropa de Marc Jacobs de segunda mano e intenta aparentar ser de una clase social a la que no pertenece. La enigmática desaparición de Camilla, la hermana mayor de JW, será el nexo de unión de sus tres vidas y el desencadenante de un deseo de venganza con un denominador común: el gran capo Radovan.

Opinión: No recuerdo el motivo que me llevó a leer este libro, quizás por la portada, quizás por el argumento o, quizás también, porque se trataba de una novela negra escandinava. El caso es que lo leí y aluciné, porque Jens Lapidus no tiene nada de típico escritor escandinavo de serie negra; no se parece en nada a Henning Mankell, Jo Nesbo, Camila Läckberg, Arnaldur Indridason o Stieg Larsson por citar algunos, sino que parece el descendiente directo de James Elroy o Don Winslow, con frases cortas, contundentes, despejadas de abalorios y con buena pegada. La única diferencia es que las distintas líneas secuenciales que nos ofrece se deslizan, patinan, se caen y tratabillan entre los distintos barrios de Estocolmo en lugar de Los Angeles o Tijuana.

Jens Lapidus me ha sorprendido muy agradablemente porque sus personajes son muy realistas, las situaciones que viven son vibrantes y con unos olores que van desde la podredumbre de la cloaca al más caro perfume de Hermès y las tramas perfectamente urdidas y muy bien llevadas. En definitiva, me he contagiado del virus Lapidus.

Valoración personal (de 0 a 10): 8,2

viernes, 5 de mayo de 2017

Entradas: Crash Test Dummies 1994


Fecha: Miércoles, 30 de noviembre de 1994
Hora: 22:00
Precio: ¿?
Lugar: Chic Studio, Barcelona
Artista: CRASH TEST DUMMIES

Crash Test Dummies llevaban ya seis años en activo, pero su álbum God shuffled his feet, y especialmente la canción Mmm mmm mmm mmm, número 1 de las listas de éxito en varios países, les habían convertido en revelación del año.

En su presentación barcelonesa, el grupo canadiense citó a un par de miles de personas y, aunque la actuación acabó en aplausos, lo cierto es que el ambiente general fue de aburrimiento. Falló el local, poco adecuado para ese tipo de actuaciones y, sobre todo, falló el sonido, y eso se nota muchísimo más cuando afecta a la música acústica o melódica como la que presenta Crash Test Dummies. Pero lo jodido es que también falló el grupo, con una puesta en escena que, de tan estáticos, parecían una fotografía. El que Benjamin Darvill se metiera una armónica entera en la boca o que la componente femenina, Ellen Reid, tomara el mando vocal no sirvió más que para despertar un interés efímero.

Los Crash Test Dummies no tuvieron su noche, algo que fue evidente cuando su tema estrella, Mmm mmm mmm mmm, pasó casi desapercibido. Y es que gran parte del repertorio interpretado llegó a oídos de la concurrencia bastante mermado, porque algunos de los instrumentos casi no se oían y la voz del líder tenía que asumir la responsabilidad de marcar la diferencia y captar la atención. En ese sentido, Brad Roberts no decepcionó, porque los sonidos que salían de su garganta tenían algo especial que los hacía cautivadores y eran los que potenciaban sus composiciones que se mueven en los terrenos del pop-folk acústico. Y, quizás fue lo único que no decepcionó.

Por cierto, la telonera fue Sarah McLachlan, que presentaba el disco The freedom sessions, editado meses antes. Muy elegante.

miércoles, 3 de mayo de 2017

I see you the The xx

No soy el mayor fan de The xx. Sin embargo, una cosa que siempre me ha traído de nuevo a esta banda es la excelente producción de Jamie Jamie xx Smith. Su producción es extremadamente animada y vibrante, y es el culpable de que la mayor parte de los temas de The xx puedan ser aceptables. Pero es que en este álbum, I see you, Jamie xx se ha arriesgado más, dejando una producción algo más elaborada y desviándose de sus dos anteriores trabajos.

El sonido de este álbum tiene connotaciones más alegres, decantándose hacia una globalidad más dance y no tan almibarado y melancólico, aunque las letras sigan siendo una cadena de clichés de arriba abajo. La producción del tema Say Something Loving y la insospechada alegría de la voz de Romy Madley Croft dejan a un lado la tristeza e intimidad de producciones anteriores; reflejándose igualmente en On Hold, en la que la percusión sintetizada y los samples le dan un ritmo incluso bailable, dándole un cambio agradable al sonido de The xx.

Sin embargo, la intimidad de los álbumes anteriores no se pierde por completo. Canciones como Performance toman elementos previamente encontrados en los lanzamientos de The xx y los elevan a un nuevo nivel increíblemente atmosférico. La producción ambiental y la guitarra distante crean un estado de ánimo muy real que trasciende los esfuerzos anteriores de The xx para conseguir resultados similares.

En general, este álbum es agradable de escuchar. No se necesita mucho esfuerzo para disfrutarlo y tiene momentos muy buenos. Recomiendo este álbum aunque sólo fuera para hacer gozar a las orejas con la maravillosa producción de Jamie xx.

Valoración personal (de 0 a 10): 7,4

lunes, 1 de mayo de 2017

El hombre de arena de Lars Kepler

Jurek Walter está considerado el asesino en serie más peligroso y mortal de la historia de Suecia. Aunque lleva trece años encerrado en un módulo de máxima seguridad de un psiquiátrico, la policía nunca ha podido resolver sus crímenes ni dar con sus víctimas. Pero cuando el joven Mikael Kohler-Frost, la última de estas, aparece una madrugada más muerto que vivo, el servicio secreto y la policía judicial, con el comisario Joona Linna a la cabeza, unen fuerzas y retoman el caso decididos a resolverlo de una vez por todas, convencidos de que Jurek ha contado siempre con la colaboración de un cómplice. Sin embargo, las cosas son más complejas de lo que parecen y pronto quedará patente que el psicópata, aparte de ser el más cruel de todos los asesinos, también es el más inteligente. La agente Saga Bauer será infiltrada en el psiquiátrico con la misión de ganarse la confianza de Walter y descubrir a su cómplice durante todos estos años. La misión es descubrir dónde se encuentra Felicia, la hermana de Mikael, que sigue en manos del cómplice de Jurek y a la que el tiempo se le está acabando.

Opinión: El tándem formado por el matrimonio sueco Alexander Ahndoril y Alexandra Coelho Ahndoril, bajo el seudónimo de Lars Kepler ha firmado su cuarta novela que protagoniza el comisario Joona Linna, y si padecéis con las novelas psicológicas o de serie negra recomiendo que os lo penséis dos veces antes de adentraros en el mundo de Jarek Walter, un asesino en serie que, en momentos, deja en paños menores al mismísimo Hannibal Lecter. En este caso, Lars Kepler da mayor protagonismo a la agente Saga Bauer, cuyas escenas en el interior del módulo de máxima seguridad del psiquiátrico donde está recluido Walter desde hace trece años llegan a ser asfixiantes y angustiosas.
Novela muy interesante aunque inquietante, bien elaborada aunque opresiva, pero esto es lo maravilloso de la lectura, adentrarte con todas las consecuencias entre los relatos de negro sobre blanco sin saber cómo te afectará una vez cerrada la contraportada.

Valoración personal (de 0 a 10): 7,7