viernes, 30 de noviembre de 2012

El poder del perro de Don Winslow

La guerra contra las drogas al desnudo. Un thriller épico, coral y sangriento que explora los rincones de la miseria humana. 
Cuando su compañero aparece muerto con signos de haber sido torturado por la mafia de la droga, el agente de la DEA Art Keller, emprende una feroz venganza. Encadenados a la misma guerra, se encuentran una hermosa prostituta de alto standing; un cura católico confidente de ésta y empeñado en ayudar al pueblo, y Billy «el niño» Callan, un chico taciturno convertido en asesino a sueldo por azar. 
Narcovaqueros, campesinos, mafia al puro estilo italo-americano, policías corruptos, un soplón y un santo milagrero conforman el universo de esta historia de traiciones, frustración, amor, sexo y fe sobre la búsqueda de la redención. Una trama vertiginosa y absorbente, repleta de sangre, narcos mexicanos, nacionalistas irlandeses, implicaciones políticas internacionales, torturas, venta de armas, alta tecnología. 
Un universo en sí misma. La novela transporta al lector de los suburbios de Nueva York, a San Diego, de los desiertos mexicanos pasando por el río Putumayo en Colombia hasta un violento desenlace final. 

Opinión: Brutal. Impactante. Desconcertante. Estresante. Como una patada en pleno estómago sabiendo que, cuando te inclines hacia adelante por el impacto, una rodilla te alcanzará en pleno rostro, destrozándote la nariz y haciéndote saltar los dientes. 
Es una de las novelas más violentas y, a la vez, conmovedoras que he leído, como si se hubieran reunido Sam Peckinpah, Quentin Tarantino y Mario Puzo para escribir el guión perfecto, como si Garth Brooks reiniciara su carrera musical como cantante de narcocorridos con base musical de Marylin Manson
Con un estilo crudo, duro, conciso, de frases breves pero contundentes –muy al estilo James Ellroy en su trilogía América, Seis de los grandes y Sangre vagabunda-, Don Winslow nos lleva, nos empotra, nos conduce a través de la frontera estadounidense-mexicana, a bordo de un Cadillac descapotable a todo trapo y con los frenos a punto de explotar. 
El poder del perro es un libro que debería ir con instrucciones de uso o con prospecto porque puede crear adicción. 
Quien avisa no es traidor. 

Valoración personal (de 0 a 10): 8,6

El enigma Stonehenge de Sam Christer

Reino Unido, época actual. Ocho días antes del solsticio de verano, es hallado el cadáver de un hombre en los alrededores del monumento de Stonehenge. En la piel tiene las marcas de unos extraños símbolos. Unas horas más tarde, un famoso cazador de tesoros arqueológicos se suicida en su propia casa, dejando una críptica carta a su hijo, el arqueólogo Gideon Chase. 
Tras el revuelo mediático, una policía y Chase se verán inmersos en una trama de sociedades secretas y una antiquísima logia, devota, durante siglos, de Stonehenge. Alentada por un nuevo y carismático líder, la logia ha vuelto a los rituales con sacrificios humanos en un intento desesperado por descubrir el secreto de las piedras del monumento megalítico… 
Lleno de códigos, símbolos, suspense y detalles fascinantes sobre la historia de uno de los monumentos más misteriosos del mundo, El enigma Stonehenge es un trepidante thriller llamado a rivalizar con El código Da Vinci

Opinión: No sé por qué pero cuando leí la reseña del libro para saber si me interesaba o no, no caí en la última frase, la típica frase del departamento de marketing de la editorial que menciona que la novela es “un trepidante thriller llamado a rivalizar con El código da Vinci”. 
No niego que me gustó en su día El código da Vinci -no así el truño de El símbolo perdido, aunque este es otro tema-, pero que todas las novelas de la misma temática pseudo-histórica-thriller-religiosa tuvieran que ser mejores, más emocionantes, más impactantes o más lo que fuera que la novela de Dan Brown llegó un momento que me agotó de mala manera. 
Y esta novela es un buen ejemplo de ello. 
Si dejamos aparte los momentos de investigación policíaca, que pueden considerarse como bastante buenos, la parafernalia religiosa-sectista y los personajes que la componen pueden llegar a ser cargantes, insoportables y, porqué no decirlo, chorras en grado sumo. 
Gracias a esos instantes policiales la novela tiene un aprobado. 

Valoración personal (de 0 a 10): 6,5

jueves, 22 de noviembre de 2012

Juan del Olmo y las zorras

Recibido por e-mail:

Como algunos de vosotros sabréis a estas alturas, el que fue juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo ha dictado una sentencia en la que afirma  que llamar zorra a una mujer no es delito, ni falta, ni nada, porque quien usa ese adjetivo en realidad lo que quiere decir es que dicha mujer es astuta y sagaz. 

En base a ello, he aquí el escrito que le ha remitido una ciudadana:

"Estimado juez Del Olmo: 
Espero que al recibo de la presente esté usted bien de salud y con las neuronas en perfecto estado de alerta como es habitual en Su Señoría. 
El motivo de esta misiva no es otro que el de solicitarle amparo judicial ante una injusticia cometida en la persona de mi tía abuela Felicitas y que me tiene un tanto preocupada. 

Paso a exponerle los hechos: 
Esta mañana mi tía abuela Felicitas y servidora nos hemos cruzado en el garaje con un sujeto bastante cafre que goza de una merecida impopularidad entre la comunidad de vecinos. Animada por la última sentencia de su cosecha, que le ha hecho comprender la utilidad de la palabra como vehículo para limar asperezas, y echando mano a la riqueza semántica de nuestra querida lengua española, mi querida tía abuela, mujer locuaz donde las haya, le ha saludado con un jovial "que te den, cabrito"
Se ha puesto como un energúmeno, oiga. 
De poco me ha servido explicarle que la buena de mi tía abuela lo decía en el sentido de alabar sus grandes dotes como trepador de riscos, y que en estas épocas de recortes a espuertas, desear a alguien que le den algo es la expresión de un deseo de buena voluntad. 
El sujeto, entre espumarajos, nos ha soltado unos cuantos vocablos, que no sé si eran insultos o piropos porque no ha especificado a cuál de sus múltiples acepciones se refería, y ha enfilado hacia la comisaría más cercana haciendo oídos sordos a mis razonamientos, que no son otros que los suyos de usted, y a los de mi tía abuela, que le despedía señalando hacia arriba con el dedo corazón de su mano derecha con la evidente intención de saber hacia dónde soplaba el viento. 
Como tengo la esperanza de que la denuncia que sin duda está intentando colocar esa hiena -en el sentido de que es un hombre de sonrisa fácil- llegue en algún momento a sus manos, le ruego, por favor, que intente mediar en este asunto explicándole al asno -expresado con la intención de destacar que es hombre tozudo, a la par que trabajador- de mi vecino lo de que las palabras no siempre significan lo que significan, y le muestre de primera mano esa magnífica sentencia suya en la que determina que llamar zorra a una mujer es asumible siempre y cuando se diga en su acepción de mujer astuta.

Sé que es usted un porcino -dicho con el ánimo de remarcar que todo en su señoría son recursos aprovechables- y que como tal, pondrá todo lo que esté de su mano para que mi vecino y otros carroñeros como él -dicho en el sentido de que son personas que se comen los filetes una vez muerta la vaca- entren por el aro y comprendan que basta un poco de buena voluntad, como la de mi tía abuela Felicitas, para transformar las agrias discusiones a gritos en educados intercambios de descripciones, tal y como determina usted en su sentencia, convirtiendo así el mundo en un lugar mucho más agradable. 

Sin más, y agradeciéndole de antemano su atención, se despide atentamente, una víbora (evidentemente, en el sentido de ponerme a sus pies), enviándole mis más respetuosos saludos a las zorras de su esposa y madre".

viernes, 2 de noviembre de 2012

Mechanics of Emotion de Elsiane

Puede parecer que vaya a empalagarte pero, a medida que las canciones se van introduciendo en tu memoria y sus melodías te arropan cual nórdico en fría mañana invernal, esa voz aguda, muchas veces al filo del falsete y exageradamente nasal te va poseyendo, meciendo hasta, finalmente, atrapando hasta que precisas nuevas dosis regularmente. 

Mechanics of Emotion es el segundo trabajo del dúo de Montreal compuesto por la multi-instrumentista Elsianne Caplette y el batería Stephane Sotto, conocidos bajo el nombre artístico de Elsiane

Ellos ya me cautivaron con su anterior trabajo, Hybrid, publicado en el 2007 y que contiene joyas como Across the Stream, donde ya quedas subyugado bajo la irreal y sorprendente voz de Elsianne; pero cuando te adentras en Mechanics of Emotion, cuando empiezas a navegar con ellos por el oleaje de emociones de Slowbirth y te adentras ya en el universo particular, intimista pero con toques salvajes, cálido pero con chispazos de hielo rojo y directamente sutil de Acceptance, Nobody Knows o In the Shadows es cuando sabes que estás atrapado y que las notas de Elsiane te seguirán convirtiendo el tiempo en algo más tangible y fácil de perseguir.

Y no comento nada de la portada porque sería capítulo aparte. Creada por el artista canadiense Jerome Prieur, en mi opinión es una de las mejores publicadas en el último lustro.

Valoración personal (0 a 10): 8,6