lunes, 11 de enero de 2016

David Bowie: Los inmortales no desaparecen


Cada día de nuestra vida es como un roscón de reyes: esconde buenos y malos instantes, todo depende de por dónde lo cortes.

Pero hay veces que ese mal momento, ese pedacito amargo, esa haba de juguete es una golpe bajo emocional que te cuesta asimilar. Hoy es uno de esos días porque ha muerto uno de mis referentes musicales, uno de mis guías espirituales en el savoir faire de la vida, uno de esos personajes que, desde que tienes uso de razón, lo recuerdas a tu lado, a pesar de los múltiples cambios de indumentaria que, tanto él como tú, habéis hecho a lo largo del tiempo.

Porque hoy ha muerto David Robert Jones a los 69 años de edad, porque hoy ha muerto el camaleón, el duque blanco, el mutante con ojos variables, el caballero de la ancha frente, el millonario con dientes desaboríos, el metafísico de los ritmos y enemigo de los encasillamientos, el creador de historias surrealistas y melodías perennes, el clásico del siglo XX.

Pero una cosa tengo clara, quien ha muerto es David Robert Jones, porque David Bowie ha sido, es y será siempre inmortal.