lunes, 18 de mayo de 2009

Benedetti, Pedro y el Capitán

Hace tres años interpreté mi última obra de teatro.
Durante varios años fui miembro de un grupo de teatro amateur del Poble Nou, aunque eso de amateur debería puntualizarse ya que varios de mis colegas de funciones son suficientemente conocidos en el mundillo escénico profesional y, por placer, a veces han actuado en el teatro del Poble Nou por la calidad de las obras interpretadas allí. En ese escenario he actuado en obras como “Alta fidelidad”, “La huella”, “La Bohème”, “Diez negritos”, etc.
Hace tres años interpreté mi última obra de teatro y, sin lugar a dudas, la más dura, agotadora e intensa que he hecho en mi vida. Fue “Pedro y el Capitán” del recientemente fallecido Mario Benedetti.

Pedro, un izquierdista es dejado encapuchado en el centro de una habitación semivacía tras una sesión de tortura, hasta que entra el Capitán para interrogarlo. Durante tres angustiosos actos, los dos personajes van modificando sus roles de superior e inferior hasta un punto de extrema crudeza al final de la obra. Mi papel era el del Capitán y nunca olvidaré las caras del público cuando se abrían las luces tras bajarse el telón, con los ojos llorosos y un rictus de incomodidad en la cara, y los sinceros aplausos cuando yo salía del camerino, tras haber guardado el traje de militar que llevaba en la obra para la próxima ocasión que me lo tuviera que poner, y me iba al bar del teatro para tomarme una cervecita.
Lo anteriormente escrito ha sido, básicamente para unir mi pasión por el teatro con la reciente muerte de uno de los mejores autores sudamericanos, no tan sólo de teatro sino también de poesía y narrativa.

Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti Farugia, más conocido como Mario Benedetti nació el 1920 en un pueblecito cercano a Montevideo, capital de su amada Uruguay, y lugar donde ha muerto 88 años más tarde. Distinguido con el doctorado honoris causa por varias universidades latinoamericanas y europeas, fue autor de decenas de libros de poemas, prosa, cuentos, novelas y ensayos, así como de teatro, recibió asimismo numerosos premios, entre los cuales el Premio Internacional Menéndez Pelayo, el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y el Premio Iberoamericano José Martí. Sus poesías fueron cantadas por autores como Joan Manuel Serrat (Especialmente en su disco "El Sur también existe"), Daniel Viglietti, Nacha Guevara, Luis Pastor o Pedro Guerra, y algunas de sus novelas más famosas se llevaron al cine, como "La tregua" y "Gracias por el fuego".
Su lucha contra las injusticias, su amor por la paz, su desdén hacia los poderes fácticos y sus obras, donde la libertad, la igualdad y la justicia poseían un protagonismo claro, harán que Mario Benedetti no deje de estar un poco en el aire que respiramos todos los que, como él, seguimos creyendo en la imperfección del ser humano, sin olvidar que algunas de estas imperfecciones alejan a algunos del hombre para acercarlo al animal, como ese Capitán que interpreté en el teatro.

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