miércoles, 3 de abril de 2013

Mis pececitos doraos - Entradas: Andreas Vollenweider

Fecha: Jueves, 18 de diciembre de 1986 
Hora: 22.00 horas
Precio: 2.500 ptas. 
Lugar: Palacio de Congresos de Montjuich 
Artista: ANDREAS VOLLENWEIDER 

Extractos del reportaje y entrevista que El País publicó el día siguiente, escrito por el periodista Mingus Formentor

"El arpista suizo Andreas Vollenweider es uno de los más vistosos superventas de la que ha venido en etiquetarse como música de la nueva era (new age music). Nacido en Zúrich, ya ha abarrotado auditorios en Estados Unidos, Japón, Australia, Nueva Zelanda y Europa Central y del Norte, y ahora se apresta a la conquista del Sur con sus ensoñaciones polirrítmicas.
Cara aniñada, candidez en la sonrisa, ensortijados rizos. Con un arpa en las manos, cualquiera le hallaría a Andreas Vollenweider un aire de Harpo Marx, sólo que en moreno. Pero en privado y sin arpa, no lleva mucho tiempo apearse del equívoco. Todo lo que en Harpo es travesura y silencio, deviene en Andreas educada afabilidad y prolija charla. 
"Esta gira ha sido agotadora, aunque tremendamente gratificante. Terminará en Barcelona, y si no se tuercen los proyectos, tengo intención de quedarme allí unos días descansando y disfrutando de la ciudad antigua, de la arquitectura de Gaudí y de otras cosas que desconozco"
A pesar del mencionado agobio, Vollenweider se mostró muy comunicativo. "Para mí, la música es un medio de recreación de ambientes, de atmósferas", dice. "Mi música pretende propiciar el viaje interior de quien la escucha. En ese sentido quizá se aleje del rock, que proyecta a la gente hacia su exterior. Con ello no quiero decir que no me interese ni me guste el rock, en absoluto". Andreas creció rodeado de instrumentos en el seno de una familia de músicos. Se interesó por el piano, la guitarra, la flauta y el clarinete, todos ellos instrumentos aprendidos de forma autodidacta. "He tenido una formación muy especial. Nunca me obligaron a hacer las cosas de un modo preciso. Por el contrario, lo que me inculcaron fue el gusto y la necesidad de experimentar, de buscar mi propio sonido"
Con su quinto elepé recién distribuido -Down on the moon (1986)-, Andreas Vollenweider no ceja en la búsqueda de una voz personal y en sus deseos de nuevas experiencias creativas". 

He visto dos veces más a Andreas Vollenweider en directo, e iré a verlo las veces que pueda. Si su música es hipnótica en estudio, puedo asegurar que sobre un escenario es magia pura, como si los elfos dejaran de esconderse tras la leyenda y se desperdigaran entre las líneas del pentagrama.

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