El agente Logan McRae acaba de volver al trabajo después un año de baja y las cosas no podrían irle peor: acaban de encontrar el cadáver de un niño de cuatro años, estrangulado y mutilado en el fondo de una zanja. Hay un asesino suelto en Aberdeen, la Ciudad de granito y los periódicos locales claman venganza. Además, Logan tiene que lidiar con su nuevo jefe, el inspector Insch, así como con la bella y glacial Isobel MacAlister, su ex novia, que también resulta ser la forense. Llegan nuevos casos de niños desaparecidos que morirán si no descubren al asesino.
Con todo este berenjenal, Stuart MacBride consigue urdir una historia con elegancia y destreza, sin malgastar ni una sola palabra.Un thriller descarnado, impactante e imposible de dejar, de la mano de un autor con un ojo maravillosamente perspicaz y un sentido de humor negro tan típicamente escocés.
Opinión: Los que me siguen a través del blog habrán comprobado que nunca hablo de un libro, una película o un disco que no me haya gustado. Como hago el TOP de mis discos o libros preferidos del año, podría hacer el POT de los que me han decepcionado; pero nunca ha sido la política de este blog... aunque podría empezar a hacerlo... no, dejémoslo. Principalmente porque los libros que no me gustan no los termino, me aburren y he calculado que es más de un sesenta por ciento de los libros que leo en un año.
¿Y a qué viene esto? Bien, no hablo de lo que no me gusta pero sí escribo opiniones personales que, bastantes veces, pueden considerarse críticas. Y este libro es un claro ejemplo de ello.
¿Me ha gustado? No puedo decir que me haya entusiasmado. El personaje está bien, la historia es correcta y la ambientación, aunque demasiado reiterativa con el dichoso tiempo grisaceo, lluvioso y frío de Aberdeen, está lograda. Pero la pregunta que más me he hecho tras su lectura es, ¿por qué tanta violencia gratuïta? ¿Algunas detenciones a posibles sospechosos no podrían haber sido normales y no parecerse tanto a las que realizaban Starsky y Hutch? ¿Es que la policía de Escocia es más parecida a la de Nueva York que a la de Londres? ¿El whisky, la cerveza y el futbol atonta tanto, vuelve tan imbéciles a las personas como a los habitantes de Aberdeen que describe Stuart MacBride? Porque yo he estado en Escocia y la gente me pareció un poco más normal, no tan de frenopático.
En definitiva, una novela entretenida pero, quizás, un poco exagerada en todos los aspectos.
Valoración personal (de 0 a 10): 6,7
No hay comentarios:
Publicar un comentario