jueves, 9 de mayo de 2013

Lapao, lapapyp y lameculos

Con los votos del PP (Partido Popular) y del PAR (Partido Aragonés) en las cortes de Aragón se acaba de aprobar la nueva ley de lenguas que establece que, a partir de hoy, el català hablado en la Franja de Ponent se dice lapao (lengua aragonesa propia del área oriental). Además de esto, el propio aragonés se llama lapapyp (lengua aragonesa propia de las áreas pirenaica y prepirenaica). 

Y se han quedado tan anchos. 

Lo que me pregunto yo es, ¿qué dirán los españoles de la una, grande y libre a partir de ahora, cuando, para ellos, el hecho de que en su ¡España!, ya tienen la vomitiva obligación de soportar tres lenguas más que su ¡español!, es decir, el català, el gallego y el euskera, a partir de hoy… ¡existan dos lenguas más!?. 
Pues bien, para todos los residentes en este país al sur de Francia y al norte de África –sin olvidarme al oeste a los portugueses-, y como el cachondeo es uno de nuestros mayores logros, me place ayudarles un poquito más dando algunas otras ideas de idiomas que, a partir de ahora, pueden ser considerados oficiales por las diversas comunidades autónomas. 

Dicho esto, vamos a ello: 

LALECHE: Lengua Andaluza Leída en Extremadura y Comunidades Hispanas Externas. 
LOSCOJONES: Lengua Originaria Solamente de Comunidades Orientales al Júcar o al Norte del Ebro Santanderino.
LAMECULOS: Lengua Antigua Mozárabe Emitida en Cádiz y Utilizada en Lugares Oscuros y Sótanos.
GARGAJO: Gallego-Andaluz con Raices en Granjas Alrededor de Jaén Occidental.
BOLINGA: Bable Originario de Lugareños Isleños Nacidos en La Gomera y Alrededores. 
MOCO: Madrileño Oriundo de Cáceres Oriental. 
PEDORRA: Pamplonica Emitido por Danesas que Orbitaron por Rutas Romanas Australes.
LOPARIÓ: Lengua Omnívora de Putas Americanas y Residentes en Iglús Oscenses.

Podría seguir hasta mañana pero con estos ejemplos espero provocar más de un infarto, ataque de ansiedad o gota malaya a los gilipollas que, utilizando solamente el odio fraterno o el menosprecio a la Historia, llegan a aprobar leyes que hasta sus descendientes renegarán. Porque no me dirán que ser hijo o hija de uno de estos congresistas aragoneses  -perdón, lapapypenses- a partir de hoy significará ser el hazmerreír en la escuela, en el vecindario y se les recordará como los hijos de los creadores del mayor zurullo jamás cagado en la historia de la filología, la lingüística y la cordura.

Y lo más divertido es que no han terminado. Ahora piensan crear la Academia Aragonesa de la Lengua, que determinará los topónimos y nombre oficiales de la comunidad.

Por todo esto, y por mucho más, senyores y senyors, amb tot el meu menyspreu i l’orgull de català, vagin-se a prendre pel cul amb el seu lapao i el seu lapapyp.

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