miércoles, 21 de enero de 2009

Imágenes del silencio

Durante todo el año 2007 estuve en el paro. No voy a explicar los sentimientos encontrados que pasaron por mi mente durante esos trescientos sesenta y cinco días, necesitaría más de un blog para que cupiera todo. Pero una de las cosas que hice, mientras esperaba que alguno de los currículum enviados recibiera respuesta, fue dedicarme a visitar espacios de la ciudad y fotografiarlos. Y fui a varios cementerios.



Siempre me ha atraído el silencio y la intimidad que se respira entre los panteones de cientos y cientos de desconocidos que, tras vivir su vida, decidieron -ellos mismos o sus familiares- que su cuerpo se difuminara bajo unas obras escultóricas que expresan la soledad, el amor y la tristeza de la desaparición o la pérdida. Varias veces he intentado describir los sentimientos recogidos mientras paseaba por las calles de los cementerios leyendo lápidas, frases recordatorias, fechas, de vez en cuando encontrando la tumba de algún personaje conocido de la historia.

Nunca he conseguido que esa descripción fuera todo lo exacta posible pero esos paseos eran como una especie de alivio frente a la dura situación, tanto no-laboral como vital, que me carcomía en esa época. Esas paredes grises, esos lamentos cincelados, esas palabras de lloro contenido me infundían respeto hacia la vida y un deseo firme de conseguir lo que quería. ¿Me ayudaron? No lo sé, pero es curioso que, tras más de un año de aquellos paseos, todavía los tenga tan presentes.

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