martes, 3 de febrero de 2009

El Luján

Ayer pasé frente a la fachada donde se encontraba mi antigua escuela, el Colegio-Academia Luján, en la calle Selva de Mar. Y tuve una sensación difícil de explicar, mezcla de sonrisa, pasado, añoranza y placer. Porque yo me lo pasé muy bien en la escuela desde los cuatro hasta los trece años que tuve que entrar en el instituto para estudiar BUP. Además, fui de la primera generación del BUP, pero esta es otra historia. El "Luján" como lo llamábamos todos estaba dirigido por un matrimonio, el sr. Gómez y la sra. Carmen, una de la mujeres más inteligentes que he conocido en mi vida, licenciada o catedrática -no lo recuerdo bien- en historia, era arqueóloga y, en sus ratos libres, estudiaba para investigador privado. El sr. Gómez había sido combatiente de la División Azul pero nunca nos lo demostró, ni en su trato ni en sus ideas. Puedo decir con un orgullo inmenso que, aún siendo una pequeña escuela privada en un barrio periférico de Barcelona -Sant Martí de Provensals, antes más conocido generalmente como La Verneda, y a un paso de La Perona-, los alumnos del Luján estábamos mucho más preparados que otros escolares que habían ido a escuelas más importantes en cuanto a nombre y más caras. Pasar junto a su antiguo emplazamiento me hizo recordar el olor a pupitres, a tiza en la pizarra negra, a patio de recreo, a chubasqueros colgados. Recordé las clases de la srta. Rita, la hija de los dos directores, que nos daba literatura y lengua, a su pareja en aquel entonces, el sr. Javier, que nos daba matemáticas, a toda esa familia que nos dio tanto a tantos. Cuántas veces he deseado volver atrás en el tiempo para darme cuenta que debería haber estudiado magisterio y ser profesor para no perder esa sensación tan maravillosa que fue la clase de mi escuela. Actualmente, el Luján es una tienda de material decorativo para el hogar. Me paré frente a la tienda dándome ánimos para entrar y ver cómo habían remodelado esos pasillos de clases, esas escaleras que daban al patio, ese despacho del sr. Gómez. No me atreví. Sé que lo hubiera pasado mal, como cuando ves el cadáver de una persona que ha sido muy cercana a ti y te hace borrar la imagen que tenías con anterioridad. Sé que otro día volveré a hablar del Luján, porque es un recuerdo demasiado bonito, y me encantan los buenos recuerdos.

2 comentarios:

  1. Yo también estudie en el Lujan con la srta. Cecilia, la srta. Pepi, y como no con la familia Gomez, el director el Sr. Gomez que siempre iba acompañado de la temida regla de madera, y la admirada srta. Carmen, yo también he tenido esta experiencia una sensación que te transporta a unos momentos de tu infancia y una añoranza por haberse perdido en el camino parte de tus recuerdos yo cambie de colegio a los 14 años y perdí el contacto con mis compañeros. Fue toda una lección de literatura e historia de los momentos que vivíamos, en una España que soñaba con vivir tiempos mejores y conseguir tener un futuro mejor.Me gustaría saber que fue de los profesores y alumnos que conocí, continuar la historia si no como protagonista como expectadora.

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    1. En Facebook hay muchos de los alumnos y algunos profesores, Alumnos de Academia Lujan y nos encuentras a muchos. Fue de verdad un colegio impresionante, yo también fui muy feliz allí,

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