martes, 10 de febrero de 2009

Locki y su cría

De pequeño, siempre que podía me iba al zoológico. Es un espacio que me hipnotizaba. En el año 1995 fui a Africa a recorrer varios paises y, especialmente a conocer la reserva Masai Mara y los volcanes Virunga. La experiencia que viví durante ese viaje será motivo de algún que otro escrito, especialmente el capítulo de mi encuentro con los gorilas, pero haber visto la fauna africana en su habitat me provocó un rechazo inmenso hacia los espacios cerrados de los zoológicos. Poco a poco he ido redescubriéndolos y dándoles la importancia que se merecen, siempre y cuando los animales estén en un espacio adecuado y limpios. Afortunadamente, y con algunas excepciones, el zoo de Barcelona es un espacio que merece un aprobado y si, además, te suceden situaciones sorprendentes, más aún. El pasado miércoles, Kharma y yo fuimos al zoológico y, entre otros animales, nos interesaba mucho ver la nueva cría de orangután que había nacido hacía dos meses y medio pero que hacía un par de días que podía visitarse. Su nacimiento es muy importante porque a los orangutanes les cuesta mucho nacer en cautividad tratándose de una especie en serio peligro de extinción. La "Locki", la madre, enseña muy orgullosa su cría a los visitantes. Pero lo que menos nos esperábamos es que Locki se sentara junto al cristal frente al que nos encontrábamos y, con gestos de alegría y cariño, nos presentara a su cría personalmente. Más alucinante fue cuando Kharma acercó su mejilla al cristal y Locki hizo lo mismo, quedando mejilla con mejilla separadas por un simple cristal. Los ojos de Kharma brillaban y una emoción maravillosa nos inundó a los dos, mientras la cría se dedicaba a buscar el pezón de su madre para alimentarse. No fue un sueño porque, parece que estas imágenes salieron por televisión y varios conocidos y familiares nuestros nos llamaron por teléfono para informarnos de ello. Lamentablemente, nosotros no hemos podido ver las imágenes pero no importa. Esa sensación de intimidad que tuvimos con Locki y su cría la vivimos nosotros y eso no nos lo quitará nadie.

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