viernes, 6 de abril de 2018

El caso del mago ruso de José María Fernández Luna


Un caso inspirado en Ramón Fernández-Luna, el mejor jefe de la Brigada de Investigación Criminal que ha tenido jamás nuestro país y al que merecidamente se reconoció como el Sherlock Holmes español.
Corre el año 1916. Ramón Fernández-Luna, que goza de merecida fama en toda España por su inteligencia y perspicacia, está inmerso en la tarea de atrapar a un famoso ladrón de guante blanco, el Fantasma, cuando recibe la orden de investigar la desaparición de un preso de la cárcel Modelo, un mago, el Gran Kaspar, acusado de robo y asesinato.

Opinión: José María Fernández Luna -descendiente de Ramón Fernández-Luna, protagonista de la novela y, realmente, jefe de la Brigada de Investigación en Madrid de 1921 a 1923, y al que la prensa de la época calificó como el Sherlock Holmes español- inventa una trama para darle a su antecesor un lugar en la historia que, por desgracia, tienen más los criminales que detuvo –caso del famoso ladrón de guante blanco Eduardo Eddy Arcos, más conocido como Fantômas, y que fue la inspiración del personaje de ficción Phantomas, protagonista de series, comics y películas.
La trama, ambientada en la efervescente, bohemia y clasista Barcelona de principios de siglo XX, nos lleva desde los lupanares de Conde del Asalto y Tapies, hasta los palacetes circundantes al Palau Güell pasando por las sórdidas relaciones entre los acaudalados burgueses de la sociedad catalana con las vedettes de los cafés-teatro del Paralelo, siguiendo la extraña desaparición de un mago ruso de una de las celdas de la recién inaugurada prisión de la Modelo, teniendo como trasfondo el espionaje europeo previo a la I Guerra Mundial.
La novela está magníficamente ambientada, la trama la encuentro un poco atada por los pelos, especialmente durante el último tercio y, en ocasiones, te lleva a leer en diagonal –sobre todo en los momentos de romanticismo coríntelladesco entre el comisario Carbonell y su Lolita-, pero, en general, la novela se deja leer fácilmente y te adentra en un mundillo que, particularmente siempre me ha seducido, como es la Barcelona de principios de siglo XX.
Muy recomendable su lectura, a pesar de la dificultad en encontrarla, porque la editorial la ha descatalogado.

Valoración personal (de 0 a 10): 7,2

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