jueves, 12 de abril de 2018

Africanus, el hijo del cónsul de Santiago Posteguillo


A finales del siglo III a. C., Roma se encontraba al borde de la destrucción total, a punto de ser aniquilada por los ejércitos cartagineses al mando de uno de los mejores estrategas militares de todos los tiempos: Aníbal. Su alianza con Filipo V de Macedonia, que pretendía la aniquilación de Roma como Estado y el reparto del mundo conocido entre las potencias de Cartago y Macedonia, constituía una fuerza imparable que, de haber conseguido sus objetivos, habría determinado para siempre el devenir de Occidente. Pero el azar y la fortuna intervinieron para que las cosas fueran de otro modo. Pocos años antes del estallido del más cruento conflicto bélico que se hubiera vivido en Roma, nació un niño que estaba destinado a cambiar el curso de la historia: Publio Cornelio Escipión.

Opinión: Hace unas semanas escribí sobre el primer libro de la trilogía de Trajano, Los asesinos del emperador, escrita por Santiago Posteguillo. Me dejó tan buen sabor de boca que deseé iniciar la lectura de su otra trilogía, esta vez protagonizada por Publio Cornelio Escipión; y me adentré en Africanus, hijo del cónsul.
Lo siento, pero no puedo más que tender una alfombra roja bajo la documentación, rigurosidad y buen escribir del escritor valenciano, ganador –con todos los méritos- de diversos premios literarios. Santiago Posteguillo te introduce en el escenario romano con una facilidad increíble, como si su pluma tuviese una webcam en la punta y te guiara por todos los puntos cardinales del imperio y, además, sin ampulosidades ni regalos vanos, sino con agilidad, destreza, versatilidad y seguridad, mucha seguridad.

Valoración personal (de 0 a 10): 8,5

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