viernes, 12 de octubre de 2012

El peso de los muertos de Víctor del Árbol

Noviembre 1945: Nahum Márquez va a morir en el patíbulo. 
Noviembre 1975: Lucía regresa a Barcelona desde el exilio con las cenizas de su padre y con los fantasmas que la esclavizan. Franco agoniza, y con él una España que encarna el comisario Ulises, dispuesto a una última batalla con su propia decrepitud, a manos de una España emergente, la de Gilda y sus amigos que nada le deben al pasado excepto, quizá, una pátina de romanticismo. El encuentro entre Lucía y el comisario, temido pero inevitable, enfrentará dos mundos, el de los vivos y el de los muertos que viven a lomos de estos. Durante treinta años cada personaje que tuvo que ver en la muerte de Nahum Márquez ha inventado sus propios recuerdos de cómo fue aquella historia de amor y tormento. Es una ficción que les permite vivir más allá de lo que realmente ocurrió y que les pone a salvo del dolor y de su propia responsabilidad. Pero Lucía está cansada de huir y de mentirse. Ya no puede con el peso de los muertos. Quiere la verdad, pero la verdad es como un espejo lanzado contra el suelo: rompe la realidad en mil pedazos. Y los demás no están dispuestos a permitirlo. No pueden hacerlo porque eso sería aceptar lo inaceptable: que durante treinta años han vivido una mentira sin darse cuenta de que el Mundo ha pasado de largo y los ha dejado en el andén. Y si una muerte se cubre con otra muerte, el silencio se convierte en el mejor de los pasados. 

Opinión: Víctor del Arbol me entusiasmó con su novela La tristeza del samurái, novela que puntué con un 8,6; y ese placer que me produjo la lectura de su última novela provocó el deseo de leer la novela con la que se inició en el mundo literario y con la que ganó el VIII Premio Tiflos de novela. 
Sólo tengo una opinión, y es que El peso de los muertos fue el ensayo general –un buen ensayo general- para enfrascarse en la escritura de La tristeza del samurái y, sobre todo, para pulir la forma en terminar una novela. No sé si esta es una crítica positiva o negativa, pero es la que hay. Ahora sí, después de leer El peso de los muertos y La tristeza del samurái espero con impaciencia que Víctor del Árbol edite su tercera novela, deseando que los fantasmas del pasado los haya apartado de su mente y dedique su fantástico poder de seducción literario a otros temas. Si no es así, me ocurrirá como tantas veces me ha sucedido con músicos; que si el tercer trabajo es similar al primero o al segundo deja de tener interés para mí. 

Valoración personal (de 0 a 10): 7,4

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