miércoles, 12 de julio de 2017

The burning spider de Parov Stelar

Lo digo claro y conciso… ¡qué bueno es el puto Parov Stelar!

Y lo alucinante es que lo llevo diciendo desde el 2013, año en que escribí por primera vez de este fantástico músico austríaco llamado Marcus Füreder pero mundialmente conocido como Parov Stelar, cuando describí su trabajo The princess como hipnótico y hechizante.
Pues bien, Parov Stelar ha vuelto a hacerlo, y el álbum que ha editado este año, The Burning Spider, es… inclasificable en su conjunto pero adictivo todos y cada uno de los temas que lo configuran. ¡Es que no hay ni un puñetero tema malo!

Empecemos el disco con el tema que da título al álbum, The burning spider, con la increíble voz del músico de blues Lightnin’ Hopkins y una armónica que, literalmente se introduce entre tus neuronas y es imposible no mover los pies con ese ritmo que es pura droga. Seguimos con Step two, interpretada por Lilja Brown y presentando una nueva inyección de adrenalina, el cuerpo ya nota los síntomas parovianos. Llega Soul Fever Blues, con la increíble voz de Muddy Waters y un ritmo que, si no te has enganchado al disco en este instante es que no eres de este planeta. Y si no tenías bastante con eso, escucha la joya titulada Everything of my heart. No tengo palabras para describir este tema, sólo piel de gallina y hormigas en la punta de los dedos. La voz de Lightnin’ Hopkins nos devuelve al blues más enérgico, aderezado con unas trompetas que ayudan a alzar el vuelo. Un impass vigoroso titulado All grown up nos lleva a uno de los famosos temas erótico-vintage-festivos que han hecho famoso a Parov Stelar, titulado Mama Talking, hasta otro tema bajo la batuta vocal de Anduze que nos lleva a terrenos más actuales. El primer descanso no llega hasta el noveno tema del álbum, Beauty mark, cantado también por Anduze pero, en esta ocasión, llevándonos por un sendero pausado pero con una base muy hermosa.
¡Y vuelve la fiesta en la fase final del más puro y auténtico electroswing de Parov Stelar! Marcus Füreder nos quiere ver agotados y no cejará hasta conseguirlo. Cuba libre, con la voz de la fallecida Mildred Bailiey, una de las cantantes de la Paul Whiteman Orchestra, famosa en los USA de los años treinta, nos lanza de nuevo a la pista de baile con un tema que bien podría haber llevado al agotamiento puro y duro a los participantes de la película de Sydney Pollack, Danzad, danzad malditos, para pasar a Black Coffee con la voz de Wingy Manone, trompetista que le dio la base a Glenn Miller para su famoso riff de trompeta del tema In the mood.
El sudor nos inunda pero nuestros pies no quieren que nos demos un descanso; y llega el último tema del álbum, The ride, una fusión perfecta del electroswing de los años treinta que nos ha acompañado en los últimos momentos, pero dando más protagonismo a la electrónica, sea en modo trompeta o teclados. En definitiva, un final apoteósico de uno de los mejores álbumes de este año, perdón, de esta década, perdón, ¿de éste siglo?

Valoración personal (de 0 a 10): 9,7

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