jueves, 15 de marzo de 2012

La Ñ de ABC, leñe

El periódico estatal ABC publica hoy la portada con la que acompaño este escrito. El título principal de portada es “Tenemos un problema” sobre una Ñ amarilla (o gualda, como nos enseñaron en la época en que la bandera nacional era el pan nuestro de cada día, y nunca mejor dicho) sobre fondo rojo y donde, bajo la virguilla rota de la letra se lee Cataluña. Por cierto, la virguilla está rota por los estirones de dos siluetas de negro que, hasta el momento, el monárquico periódico de índole derechista no ha querido desvelar a quien se refiere.

Ante todo, agradezco profundamente al consejo de redacción del mencionado periódico por haber puesto en portada un asunto que colea desde hace varios años, quizás demasiados, esto es, la posición de Catalunya en el mapa de las autonomías y del Estado en general. Agradezco igualmente que consideren este tema como un problema, y por encima de todo, les agradezco de todo corazón que consideren –de acuerdo con lo publicado en su interior- que el problema lo provoca “el desafío catalán”. Y este humilde agradecimiento se debe a que, debido a todas estas consideraciones, tanto el pueblo español como el pueblo catalán pueden ya quitarse las vendas que obnubilan sus miradas, pueden abrirse, cual Curro Jiménez de a pie, sus camisas o jerseys para liberar sus pechos, pueden respirar profundamente y salir de los armarios históricos para proclamar, con la voz henchida de gozo y los ojos humedecidos por las lágrimas de la emoción, que fue bonito mientras duró pero que nos divorciamos. Porque si la España tradicional y sensiblera del pasado considera que Cataluña provoca un problema al resto de la Nación Española, y Catalunya cree que se siente miserablemente reducida a ser una región más de la piel de toro de banderita roja y gualda… ¿qué hacemos todavía juntos? ¿No será mejor para todos que la separación se produzca lo más rápido posible para que el dolor, las injusticias y los daños todavía puedan ser subsanados?

Catalans, aquesta Espanya unitària, gran i lliure no ens vol. Españoles, dicen que los catalanes se lo llevan todo y que dejan a las otras autonomías sin las ayudas que se merecen. Sólo hay una solución. Divorcio consentido por ambas partes, con división de bienes y, por suerte, sin problemas de chiquillos, porque las relaciones sexuales entre ambos eran, más bien, por la retaguardia; y por allí se sabe que no se hacen niños.

Agradeciendo nuevamente a este periódico, que durante toda su trayectoria histórica ha sido tan ecuánime con los que gobernaban en cada momento, no me queda más que rezar a San Prepucio y Santa Vagina para que, POR FÍN, se haga realidad este sueño, la separación que, tanto unos como otros, queremos.

Ahora bien, si finalmente se produce, que no nos vengan luego llorando los que, hasta el día de hoy, viven de la sopa boba con la que Catalunya les está alimentando y maldicen la mano que les da de comer. Porque en este país llamado España, con eñe de “que se sienten …oño”, cada vez hay más fieles al refrán que dice, “quien no llora no mama”. Esta portada de ABC es un buen ejemplo.

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