martes, 20 de marzo de 2018

Yeruldelgger: muertos en la estepa de Ian Manook

En las inhóspitas estepas mongolas, una familia de nómadas ha realizado un macabro descubrimiento: el cuerpo de una niña de cinco años enterrado junto a su triciclo. El comisario Yeruldelgger, un tipo temperamental, marcado por la tragedia y al que su trabajo ha llevado casi al límite de la cordura, observa la escena del crimen con una mezcla de perplejidad y agotamiento. Apenas cinco horas antes se encontraba en las oficinas de una empresa china en los suburbios de Ulán Bator investigando la aparición de los cadáveres de tres hombres salvajemente mutilados, a los que no tardaron en sumarse los de las dos prostitutas que los habían acompañado en su última noche con vida. Sin embargo, los reiterados enfrentamientos de Yeruldelgger con su superior, y un incidente con una delegación china que pretende ocultar los asesinatos de sus compatriotas, provocarán que sea apartado del cuerpo.

Pero eso no significa que Yeruldelgger vaya a quedarse de brazos cruzados. Con la ayuda de la inspectora Oyun, valiente, descarada y un poco enamorada del él, y de la forense Solongo, con la que mantiene una compleja relación sentimental, el comisario realizará sus investigaciones extraoficialmente, lo que lo llevará a descubrir vínculos inesperados entre los dos casos. Rebosante de acción e intriga, y con expertas pinceladas de humor, Yeruldelgger, muertos en la estepa transporta a los lectores de novela negra a un fascinante y nuevo ámbito geográfico, el de una Mongolia compuesta tanto por las llanuras desoladas y barridas por el viento, hogar de las tribus nómadas y su modo de vida tradicional, como por grandes urbes como Ulán Bator, un nido de crimen, vicio y racismo, donde la vileza en todas las esferas convierte el trabajo policial en un desafío quijotesco.

Opinión: Ian Manook, seudónimo del escritor francés Patrick Manoukian, nos lleva por un viaje cargado de emociones por uno de los países más desconocidos -que yo recuerde- de la literatura y, en especial, de la novela negra, Mongolia. Y no es tan sólo un viaje a través de sus inmensos parajes desolados o de las calles de su capital, Ulán Bator, sino también un viaje a través de la atormentada mente del propio protagonista, el comisario Yeruldelgger, tinieblas que palía a fuerza de tenacidad en su trabajo, una tenacidad a veces rozando la paranoia. En general, Muerte en la estepa se lee con intensidad y desconcierto por la trama en sí –añadiendo que, en diversos momentos, se torna muy cruda-, pero, a medida que el libro avanza, hay pasajes de la propia trama que se te hacen eternos y, ocasionalmente, deslavazados. Como es obvio, no haré ningún spoiler del libro, pero hay una situación concreta que provocó que tuviera que ir hacia atrás en diversas oportunidades para confirmar un hecho que, aún ahora, todavía no me explico.
A pesar de ello, me declaro fan de Yeruldelgger, esperando que, en breve pueda iniciar la lectura de su siguiente caso, Yeruldelgger: tiempos salvajes.

Valoración personal (de 0 a 10): 7,9

No hay comentarios:

Publicar un comentario