martes, 11 de septiembre de 2012

Espía de Dios de Juan Gómez-Jurado

Roma, 2 de abril de 2005. El Papa Juan Pablo II acaba de morir y la plaza de San Pedro se llena de fieles dispuestos a darle el último adiós. Al mismo tiempo, se inician los preparativos para el cónclave del que ha de salir el nombre del nuevo Sumo Pontífice. Pero justo entonces los dos cardenales mejor situados del ala liberal de la Iglesia, Enrico Portini y Emilio Robayra, aparecen asesinados siguiendo un mismo y macabro ritual que incluye la mutilación de miembros y mensajes escritos con simbología religiosa. 
Un asesino en serie anda suelto por las calles de Roma, y la encargada de perseguirlo será la inspectora y psiquiatra criminalista Paola Dicanti. Durante la investigación, la joven detective se adentrará en los más oscuros secretos del Vaticano, aquellos que hablan de conspiraciones nada decorosas y de la existencia de un centro donde se rehabilita a sacerdotes católicos con historial de abusos sexuales. A la cruel astucia del psicópata se unen las trabas que los servicios de seguridad del Vaticano ponen a la investigación: oficialmente las muertes de los cardenales no están ocurriendo y el cónclave debe celebrarse con normalidad. 
La aparición del padre Fowler, un ex militar norteamericano, supondrá un nuevo desafío para Dicanti, reacia a confiar en el misterioso sacerdote. Pero Fowler conoce el nombre del asesino y guarda un secreto aún más temible: su propio pasado. 

Opinión: Lo leí tras el buen sabor de boca que me dejo su posterior novela, El emblema del traidor, además de por la gran publicidad que existe del libro en internet a través de su éxito en diversos continentes. Juan Gómez-Jurado sabe escribir, y eso no creo que nadie lo ponga en duda aunque, a mi entender, tiene un gran pero; me recuerda a Hans van Meegeren, a Eric Hebborn o a Elmyr de Hory, por nombrar a tres de los más grandes y famosos falsificadores de la historia del arte. ¿Alguien podría negar que, mientras leía Espía de Dios, no se acordaba de Dan Brown? ¿La sinopsis de su última novela, La leyenda del ladrón, no podría ser el inicio de una nueva novela del Capitán Alatriste de Arturo Pérez-Reverte, o un spin off de alguno de los personajes de la trilogía de Martín Ojo de Plata escrita por Matilde Asensi
Reitero lo escrito con anterioridad. Juan Gómez-Jurado sabe escribir, y sabe expresar, reflejar, emocionar, transmitir y comunicar, y seguiré leyendo sus novelas pero, aún muy a mi pesar, siempre creeré percibir ese fantasma junto a mi hombro cuando me sienta en el sofá con uno de sus libros abiertos en las manos. 
Afortunadamente, y copiando una de las frases más célebres de la película Casablanca, siempre me quedará El emblema del traidor para congraciarme con él. 

Valoración personal (de 0 a 10): 7,8

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