sábado, 19 de marzo de 2011

Nueve meses en paro. Hechos y putadas

Tengo 49 años, dos licenciaturas, un post-grado, cinco idiomas, más de 20 años de experiencia como responsable de marketing, gestión comercial y expansión internacional de negocio, 859 cartas enviadas a directores de empresas ofreciéndoles mi experiencia y conocimientos, inscrito en unas 50 ofertas laborales anunciadas en diversas páginas web y, a pesar de todo esto y mucho más, hoy se me termina el subsidio del paro.
Y durante estos nueve meses han sucedido ciertas situaciones que no puedo olvidarlas, que las tengo clavadas inside me y, en ciertos momentos –como ahora, por ejemplo-, ofuscan, me hacen cerrar los puños con fuerza y recordar los cientos de lágrimas que han hecho brotar, no tan sólo a mí sino a todos los que me rodean y me quieren. Y, como siempre he pensado que mi mejor psicoanalista es la escritura, voy a vomitar un rato a través de mis dedos para explicar estos casos.

Caso nº 1: Tengo una entrevista con el director del departamento hotelero del Grupo Sastre, están buscando un Director de Compras para un nuevo hotel de 4 estrellas que abren en Barcelona, Hotel Grums. A las 19:00 de ese mismo día, recibo una llamada de esa empresa felicitándome porque, tras haber hablado varios directivos del mencionado grupo –entre ellos el director general, el sr. Francesc Brugada Casula- me consideran la persona adecuada para el puesto y que al día siguiente puedo pasar por sus oficinas para terminar de pulir el contrato. Tras dormir una de las noches más placenteras de mis últimos meses, después de haber visto a mi mujer con los ojos brillantes y escuchar las voces alegres de la gente a la que llamé para informarles del tema, a las 11.00 de la mañana del día siguiente recibo una nueva llamada del Grupo Sastre lamentándose por el hecho que el sr. Francesc Brugada Casula, tras habérselo pensado mejor, ha decidido no contratarme… ¡porque tengo 49 años!. Nunca desearé a nadie, ni a mi peor enemigo, un momento como el que pasé yo al oír esas palabras por teléfono. Sin comentarios porque, si los dijera, olvidaría la gran educación que me dieron mis padres. Allá cada uno con su conciencia, aunque dudo mucho que algunos sepan si la tienen.

Caso nº 2: A través de una empresa de RR, el Colegio de Gestores Administrativos de Barcelona busca un Comercial/Asesor de Marketing. Tras la entrevista y “habiendo valorado muy positivamente” mi perfil, se ponen en contacto conmigo para saber si, a pesar de mi extenso CV, estaría dispuesto a cobrar un sueldo mucho más bajo de lo deseado. Obviamente, digo que sí, que lo acepto. Días después se ponen en contacto conmigo para decirme –palabras textuales- que la persona del Colegio ha decidido rechazarme porque tengo más estudios, experiencia y conocimientos que él, por lo que no me puede aceptar como subalterno. ¡Olé tus huevos! ¡A esto se le llama pensar por y para la empresa, si señor! Lo curioso es que ese perosnaje está trabajando y yo sigo en paro.

Caso nº 3: El centro de formación Formatic Barna busca un Director de Comunicación. A las 19:22 me llaman a casa para que, al día siguiente, me presente en sus oficinas a las 13:00 para una entrevista. A las 13:15 entro en el despacho del responsable y me dice que, lamentándolo mucho, ha habido un malentendido pero que, desde el día anterior, a las 19:00 ya han contratado a la persona para el puesto. Ese centro, entre otras asignaturas, da clases de RRPP. Pobres alumnos.

Caso nº 4: Freixanet Saunasport, cuyas oficinas están en Manresa, busca un Director Comercial y de Marketing. Tengo la entrevista con el sr. Jaume Freixanet, propietario de la misma. Entrevista muy cordial, extensa e interesante. Días después, a través de la empresa de RRHH que nos había contactado, me comenta que, según él, no soy la persona adecuada al puesto porque “quizás no encajaría bien en el equipo”, cuando yo ni conocía al equipo ni el equipo me conocía a mí. Es una lástima que haya tantos directivos que se consideren herederos de la bruja Lola, cagándola como ella.

Caso nº 5: Grupo de revistas Deluxe, a través de su directora Claudia Trimde, busca un Director de Marketing. Mantenemos en noviembre una entrevista muy fluida y receptiva, donde concreta incluso las condiciones económicas, horarios, etc. Me llama días más tarde para informarme que no ha decidido nada, pero mi informe es muy favorable. En diciembre nos ponemos en contacto pero me comenta que, por motivos personales, no puede verme hasta pasadas las fiestas navideñas, no sin antes informarme que, como yo le había aconsejado, había fichado a un informático para iniciar varias acciones online. Pasan las fiestas y nueva comunicación. En resumen, donde dije digo digo Diego y ahora no necesita a nadie.

Caso nº 6: Qantara Partners, empresa de marketing, a través de una de sus directoras Anna Macià, se pone en contacto conmigo y mantenemos –en septiembre- una entrevista de casi dos horas, donde me habla del proyecto que tenía pensado hacer conmigo. No me explayaré mucho porque este caso merecería un capítulo aparte pero, resumiendo, tras haber hablado con ella más de siete veces –una de ellas incluso para informarle que, por error, me había mandado a mí unos importantes sms que tenían como destinatario a uno de sus clientes-, a mediados de enero, esto es, cuatro meses después, me dice por teléfono que ella no me había asegurado ni prometido nada pero que seguiríamos en contacto.

Sigo en paro, y no pararé de luchar hasta conseguir trabajo, porque me gusta trabajar, sé trabajar y soy un muy buen trabajador, porque, a pesar de encontrarme con personajes como estos, nunca dejaré de creer en el ser humano y, porque -¡qué cojones!- merezco trabajar mucho más que ellos mismos.