Forgotten town, Ideal world, Hooverville, Born again, Words, I found out,…, tantas y tantas piezas de orfebrería que The Christians, descritos por un crítico
de rock como The Temptations en pantalones
vaqueros rasgados, han dejado para la historia. Las melodías infecciosas de la
banda de Liverpool y sus cálidas
armonías tuvieron una corriente emocional profunda, al alimentarse de
acusaciones, protestas, desesperación e incluso dudas, su alma socialmente consciente, como ellos mismos comentaban, tuvo un
gran impacto en la complaciente escena musical de finales de los 80. El nombre
de la banda provenía del apellido de los tres hermanos que originalmente crearon
la banda (Garry, Russell y Roger Christian) y, por coincidencia, también era el
segundo nombre de pila del compositor, guitarrista y teclista del grupo Henry Priestman.
Este año se celebra el 30
aniversario de la banda The Christians
y, aunque de los componentes originales tan sólo permanece Garry Christian, el calvo y reconocido cantante, sus melodías soul, sus arreglos de viento, la
perfecta entonación de las voces –fantástica fusión con Joey Ankrah, el actual guitarrista-, siguen contagiándome desde el
primer momento que los escuché –y a los que vi en directo a mediados de los
noventa, en primera fila y empapándome de su savoir faire-. El último trabajo que han editado se titula,
sencillamente, We y contiene piezas
preciosas como Rise, con la que abren
el álbum y que contiene todo, absolutamente todo, lo que ha hecho grande a esta
banda, Roses are blue y otros temas que penetran en tus venas hasta llegar a lo más profundo de ti.
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