A mediados del siglo XVIII, un horrible
crimen sacude la tranquila vida jerezana: Sagrario, una de las trabajadoras del
Hospital de la Sangre que ha dedicado su vida a las huérfanas de la ciudad, ha
sido cruelmente apuñalada en su propia habitación. ¿La culpable? Todo apunta a
la joven Lucía, una expósita que se crió en el orfanato y que no ha conocido
más cariño que el de la bondadosa Sagrario.
Sin dudarlo, el abogado de pobres, Pedro de
Alemán, asume la defensa: pronto descubrirá que la inocente muchacha,
ignorante de cualquier detalle sobre su nacimiento, está en el punto de mira de
los herederos de una de las principales fortunas de Jerez. Y que la única que
podía ayudar a salvarla es precisamente la muerta…
Opinión: Y si no quieres
caldo, aquí tienes dos tazas. ¿Dos? ¡Veinte!
Juan Pedro Cosano lo ha vuelto a conseguir
pero elevado a la máxima potencia. Si El abogado de pobres ya lo consideré una
pequeña obra de arte, a Llamé al cielo y no me oyó no necesito ponerle
subterfugios ni florituras, es una obra maestra de la literatura española del
siglo XXI, y no se me caen los anillos al decirlo; y si alguien no está de
acuerdo me importa un web y parte del otro, este es mi blog y escribo lo que me
da la gana.
Llamé al cielo y no me oyó me ha dejado con
un hilillo de babilla cayéndome por la hendidura de la boca, cual alelado
gozando de la última pastilla, me ha dado momentos irrepetibles en el sofá o
acostado en la cama antes de dormir en los que mi entorno desaparecía para
convertirme en un jerezano más del siglo XVIII siguiendo los pasos de esta
maravilla de personaje llamado Pedro Alemán.
Acaba de publicarse la tercera entrega de
las peripecias de Pedro Alemán, titulada Las monedas de los 24, y ya estoy finalizando su lectura. Más información en breve.
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