Fecha: Martes, 23
de marzo de 1993
Hora: 22:00
Precio: 2.500
ptas.
Lugar: Zeleste
Sala II
Artista: RICK
WAKEMAN
Rick Wakeman,
teclista del histórico grupo de rock sinfónico Yes, se presentaba en la sala
Zeleste a las 10 de la noche. Wakeman, un virtuoso del teclado de 42 años,
actuaba acompañado de su hijo Adam Wakeman, Alan Thompson y Tony Fernández.
La visita de
Wakeman se realizaba entre la edición de dos de sus peores discos –aunque,
seamos sinceros, ¿cuántos buenos discos había editado el bueno de Rick desde
mediados de los setenta?-, el que se había publicado dos años antes bajo el
título 2000 A.D. into the future, y el editado dos años después bajo el
rimbombante nombre de The seventh wonders of the world. Quizás por esta
razón, su visita despertó muy poco interés ya que, entre público y los escasos representantes
de la prensa, apenas se alcanzó la mitad
del aforo de la sala 2 de la mítica sala Zeleste.
Y era lógico,
porque si el rubio músico británico ya protagonizó un sonoro pinchazo en un
concierto en Badalona en los 70, cuando estaba en la cúspide de su popularidad y
egocentrismo, ¿cómo va a atraer a las masas ahora, en los 90, cuando poco
tiene que aportar en el aspecto creativo y sólo puede recurrir a su habilidad
técnica?
Wakeman ni
siquiera se mostró espectacular, pero tocar, lo que se dice tocar, tocó
bien, porque un músico como él,
prodigioso desde niño, no pierde habilidad con el paso del tiempo, aunque ya no
tenga el poder de seducción de su etapa juvenil. Pero bien poco era lo que
podía ofrecer de estimulante tan habilidoso músico, porque su repertorio
llevaba años con una carencia absoluta de originalidad. El resultado fue un
puro empacho de teclados.
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