Segundo
trabajo del grupo de Copenhaguen, Reptile Youth, después del primero que
editaron en 2012 –titulado
asimismo Reptile Youth- y, aunque el estilo es muy similar, Rivers that run for a sea that is gone tiene ya una enjundia
probada, llamando especialmente la atención la gran calidad en la producción.
La
desgarrada, rota y, en algunas notas, histriónica voz de Mads Damsgaard Kristiansen da un toque de personalidad a todas sus
composiciones; pero es la fusión de dance-punk,
indie pop, neo psicodelia y, en algunos ritmos, de electrónica básica, que
convierten a Reptile Youth en un
grupo del que vale la pena seguir su trayectoria.
Escuchar
el primer tema del álbum, Above, y os
haréis un buena idea del concepto musical de los reptiles juveniles, o la
perfecta neopsicodelia de We’re all in here, o el toque depechemodiano de la canción que da
nombre al álbum.
En resumen un álbum repleto de muy buenos temas, cada
uno con su fragancia personal y con la inmensa particularidad que no te
empalagan, sino que te dejan un aroma fresco, original y perecedero.
Por cierto, no puedo dejar de mencionar
el trabajo de Emil Vissing Christensen en la percusión y Mads Bergland en las
guitarras. Energía pura.
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