¿De quién es mejor leer
las críticas? ¿De aquellos que no tienen conexiones con el artista y están
juzgando basándose únicamente en la música, o aquellos que saben mucho acerca
de dicho artista pero albergan cierto sesgo, sea positivo o negativo? Las sorpresas
y las decepciones vienen de vez en cuando, pero la previsibilidad juega un
papel importante cuando se tiene en cuenta al crítico y sus gustos y, además,
para ciertos músicos, es mejor dejar su trasfondo en la oscuridad, como un
misterio deliberado. Ese es el caso de Kelly
Lee Owens y su trabajo de debut. Su nombre no me dice nada y la portada no
me proporcionan ningún margen de discernimiento.
Dado que cada una de las
diez canciones podría ser un punto culminante, es difícil decidir sobre un
punto de partida. En casos como estos, comenzaré por el principio. S.O, junto con Anxi, representa el catálogo de bondad que sigue con la voz reseca
de Owens que se balancea elegantemente al ambiente tropical. Los tambores
sintéticos golpean suavemente, las ráfagas de viento en la distancia, y las
respiraciones huecas llenan el aire vacío. Añadir a esto el equilibrio, la
paciencia y el profesionalismo, y es sorprendente saber que esto que estoy
escuchando es un álbum de debut, y estos dos temas son de los mejorcito en pop-art que he escuchado en años. Pero
es que del pop art pasamos al minimal techno en temas como Bird y CBM –en mi opinión, los temas más débiles del álbum-, para irnos a
un ambiente trip-hop con Keep Walking, que podría haber sido
escrito por Zero 7 o Telepopmusik.
Hay dos canciones que no
he mencionado todavía, y ambas merecen un lugar prominente en el tótem de
Owens. Totalmente representativos del álbum en su conjunto, forman la
excelencia con dos fundamentos tremendamente diferentes. Junto con S.O y Lucid, Throwing Lines
completa el trío ambient pop
esencial, convirtiéndose en el más brillante y completo en el proceso. Luego
está 8, donde Owens impone una
belleza exquisita contando con un bucle de bajo continuo de tambor que se
entrelaza con los propios sintetizadores y da un excelente cierre al disco.
En definitiva, un trabajo
donde nada está desenfocado, todo es compacto, preciso y declarativo, y ésta es
la seguridad de que me encuentro ante el inicio de una carrera trascendental,
porque Kelly Lee Owens, con su
debut, se merece un lugar en el pedestal de la música electrónica.
Valoración
personal (de 0 a 10): 7,5
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