Poco más puedo decir del gran compositor escocés, solamente
que, desde que editara su primer disco en solitario en 1997, The space between
us, ha sido un placer esperar sus trabajos, sea en solitario como en banda
sonora, como Moulin Rouge, Love Actually, Elizabeth, etc; pero It’s Nearly
tomorrow es como si el cielo pudiera ser tocado, como si el universo hubiera descubierto su propio big bang musical, como si todos los sentimientos del
mundo hubieran deseado tener definitivamente un disco a su imagen y semejanza.
Craig Armstrong ha conseguido que la música sea belleza pura.
2 – DAMON ALBARN – Everyday robots
Lo confieso, nunca he sido un gran seguidor de Blur, y en
contadas ocasiones he disfrutado con Gorillaz, pero con su Everyday Robots,
Damon Albarn me ha demostrado que: a) es un auténtico genio de la composición y
b) que la piel de gallina se consigue incluso en lugares insospechados. Una auténtica
obra maestra de la composición y, sobre todo, de los arreglos orquestales.
3 – COLDPLAY – Ghost stories
El siguiente que me diga que hacer música es fácil, que
basta jugar con sólo siete notas le meto el pen drive por el black hole. Y si
hacer música ya es muy complicado, haber hecho seis álbumes donde, en cada uno
de ellos, hay cuatro o cinco temas que podrían perfectamente ser considerados
como himnos, esto ya raya lo imposible. Coldplay lo ha vuelto a hacer. Escuchar
temas como Magic, A sky full of stars, True Love o Always in my head es un
placer para quien ama la buena música. Dicen que este año sacan su último álbum
juntos. NO PLEASE!
4 – LAMB – Backspace unwind
¿Art pop? ¿Electropop? ¿Downtempo? ¿Trip Hop? Da igual. La
música de Andy Barlow y Lou Rhodes ya no precisa de etiquetas, está muy por
encima de ellas. Su música es MÚSICA con mayúsculas, de ritmos mágicos, de voz
angelical. Si todavía no lo comprendéis, comprobadlo vosotros mismos y decidme
quién, tras escuchar We Fall In Love, no se ha dado cuenta que ha movido hasta
su última célula al ritmo de este tema, o quién no se ha conmovido con la
increíble, sensual y dolorosa voz de Lou escuchando Nobody Else.
5 – U2 – Songs of Innocence
Sé que voy a ser despedazado, dilapidado o, incluso, despreciado
por muchos… pero… ¡el último disco de U2 es una maravillosa pasada! Lo he dicho
y sigo vivo, y lo seguiré diciendo ante todo el mundo. Bono, The Edge &
company han hecho un disco que me llena desde la primera hasta la última nota,
que me hace tararear una tras otras las canciones que confluyen, surfean y se
sazonan entre ellas a la perfección, creando estos temas llenos de una
inocencia muy profesional, una inocencia muy madura, una inocencia
perfectamente contagiosa.
6 – ABAKUS – Tokyo Express EP
¡Por favor, qué gozada!¡Rhythm is the power!
Y Russell Davies, el verdadero nombre de Abakus lo sabe
desde su primer trabajo, editado en 1994 bajo el título That Much Closer To The
Sun. Pero es que Tokyo Express EP es una lección de ritmo, de bases hipnóticas,
rebosante de fuerza y, sobre todo, adrenalínicas; porque escuchar este
fantástico trabajo de Abakus te da un subidón de energía pura… y sin necesidad
de polvitos mágicos. Si todavía dudas, escucha Lights Dub y lo comprenderás
todo.
7 - ANATHEMA – Distant satellites
Este último trabajo de los hermanos Cavanagh es la gran
sorpresa de esta lista; no porque sea un disco que no lo merezca sino porque…
cómo explicarlo… hay días que, al escucharlo lo lanzarías directamente por la
ventana o por el retrete pero, al día siguiente, o a la semana siguiente, lo
vuelves a escuchar y te das cuenta que has dejado de leer, de comer, de
respirar, dejar de hacer lo que estás haciendo porque el disco te ha
hipnotizado. Y sea por lo repetitivamente machacón o por lo adorablemente
intenso que lo encuentres, ¿no ha de ser eso la música en su plenitud? Pues
eso, escuchad Instant Satellites, seguro que alguno de sus satélites
instantáneos - The Lost Song part II,
Ariel o You’re not alone por poner sólo tres ejemplos-, te dejarán flotando en
su gravedad.
8 - BRYAN FERRY – Avonmore
Amo a Bryan Ferry. Lo digo sin limitaciones ni subterfugios,
sin vergüenza ni desconciertos. Amo su voz aterciopelada, su estética y buen
gusto, sus canciones y arreglos, su perenne tupé e, incluso, la cara de oler
mierda que se le pone cuando canta. Aunque, como todo buen amor, hay momentos
en su longeva carrera que me ha decepcionado, Bryan, mi Bryan me vuelve a
renovar mi amor incondicional por él, me susurra al oído con su voz de gominola
nouvelle cuisine y me lleva de nuevo al recto camino de la rendición musical.
Gracias por tu Olympia del 2010, y gracias por haberme enseñado la luz casi
divine con tu Avonmore.
9 - AMETHYSTIUM – Trascience
Lento, melancólico, relajante y muy melódico. Con estas
palabras se podría describir este álbum sin errar. La música de Amethystium –cuyo
verdadero nombre es Oyster Ramfjord-consigue crear un ambiente muy relajado, llenándolo
de melancolía a veces e, incluso, de dolor, pero un dolor que consigue que los
sentimientos oscuros se llenen de positivismo. Si la música cura, entonces
Trascience probablemente sea uno de los más cercanos a hacerlo. El
multi-instrumentista y productor noruego ha conseguido un trabajo de piel de gallina,
casi perfecto, sin un atisbo de aburrimiento, que te mece desde la primera
hasta la última nota, dejándote con un sabor placentero y dulce en toda tu
piel.
10 - FINK – Hard Believer
¡Fin Greanall lo ha vuelto a hacer! ¿Cuántas veces he dicho
que no soy amante del folk? ¿Qué Bob Dylan, Joan Baez y compañía nunca me han
dicho nada? Pero va y el compositor de Brighton edita un nuevo álbum, y yo que
lo veo, y yo que lo escucho y… he caído en sus redes de nuevo, en su voz, en su
guitarra, en su simplicidad, en sus acordes terroríficamente dulces y sinuosos.
Y no sólo hago esto sino que el próximo 23 de enero lo voy a ver en concierto.
Ya os diré. Mientras tanto, ¡long live Fink!
11 - CELESTIAL – Return to Dubstation
Durante la última década del siglo XX fue varias veces a
Asia, tanto por motivos laborales como de vacaciones, y recuerdo que, en Hong
Kong, escarbando en las tiendas de CD, descubrí una maravilla firmada por un
grupo llamado Celestial. Posteriormente descubrí que es un grupo de estudio
creado por el productos Peter Millward y algunos de sus grandes amigos en Hong
Kong bajo su propio sello Drum Music. Conseguir sus discos me ha sido muy
difícil, pero cada vez que tenía uno en sus manos, estaba días seguidos sin
parar de escucharlo. Return to Dubstation es su último trabajo, y quien ame la
música de fusión, la electrónica con raíces étnicas, la buena música con base
dub debe conocer a Celestial. Un placer asiático en todos los sentidos.
12 - HOW TO DRESS WELL – What is the Heart?
El primer disco de Tom Krell, bajo ese nombre artístico tan
fashion de How To Dress Well, lo encontré interesante pero con lagunas en la
producción –aunque luego se comprobó que lo hizo a propósito. Su segundo
trabajo, Total Loss, ya me gustó más pero, en mi opinión seguía usando en
demasía los falsetes alarmistas. Se edita What is the Heart? y me pongo ante él
con la sensación de que será la última oportunidad que brinde a Tom, y mira tú
por dónde que me hace un trabajo completito, lleno de buenas melodías, con una
voz mucho más elaborada y cambiante y un auténtico placer para mis oídos. Muy
bueno.
13 - OWEN PALLET – In conflict
El segundo trabajo del canadiense Michael James Owen
Pallet-Plowright, que firma sus discos como Owen Pallet, me llegó cuando hacía
una de mis incursiones aventureras entre algunas de aquellas etiquetas
artísticas que tanto gustan a los críticos para encajonar estilos en
cuadrículas nunca pentagrámicas. En definitiva, escuché In conflict como un
recién nacido frente a su primer chupete. Y he de confirmar que me gustó, y
mucho. Que nadie espere algo rimbombante o grandilocuente, porque las
composiciones de Owen Pallet difieren mucho de esto, sin dejar de considerar
que están muy bien producidas, música art-pop llevada a un extremo que, sin
lugar a dudas, seguiré en un futuro muy cercano. Y, si no me creéis, escuchad
la maravilla titulada The sky behind the flag.
14 - KISHI BASHI – Lighght
Uno de esos fantásticos trabajos discográficos para cerrar
los ojos y olvidarnos por unos buenos minutos del suplicio que nos rodea y
permitir que la música te lleve, cual viaje astral, hacia una virtual campiña
verde, repleta de árboles frutales y con la fresca brisa acariciándote el
rostro y limpiándote de la suciedad económico-social que nos rodea; y todo ello
sin mover tus posaderas del sofá. El violinista, nacido en Seattle, Ken
Ishibashi nos seduce con un conjunto de bellas canciones y ritmos muy bien
trabajados. Eso sí, si he de decir algo negativo, reconozco que su voz me llega
a cansar un poco. Queda dicho.
15 - ALT-J – This Is All Yours
Interesante trabajo relajante del grupo indie inglés de Joe
Newman y compañía y, en mi opinión, bastante más redondo que su primer álbum An
Awesome Wave. This is all yours es otro disco perfecto para una de esas tardes
de fin de semana otoñal que no tienes ninguna gana de salir sino que deseas
quedarte en casa con tu pareja, sentados en el sofá, con un buen libro en la
mano y música de fondo. La voz de Joe Newman (a veces demasiado parecida a Bon
Iver), la instrumentación sencilla pero efectiva de sus temas y el ambiente
cálido que las envuelve te dejan un regusto de paz y de haber pasado uno de
esos momentos mágicos.
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