Listado de mis álbumes favoritos, todos ellos editados durante el año 2013:
Poco más puedo añadir a este trabajo de Guy Manuel y Thomas que no se haya escrito ya. Es un disco que te engancha, te hace mover, te excita, te alivia, te da fuerzas y te hace ver la vida a través de unas notas frescas. Un trabajo de una profesionalidad y calidad exquisita.
2 – EMANCIPATOR – Dusk to Dawn
Doug Appling me ha fascinado desde su primer trabajo, pero con este tercero me demuestra que es un músico en mayúsculas. Fresco, rebosante de fusiones downtempo, trip hop y chill con más bpm. Música auténtica, emocionante y viva.
Lo de Dave Gahan, Martin Gore y Andy Fletcher ya es de novela. ¿Cuántas veces se les ha dado por desaparecidos, por restos del pasado o por momias vivientes? ¿Y cuántas veces han reaparecido citius, altius et fortius? Delta Machine es uno de los mejores ejemplos de ello. Fantástico desde la primera hasta la última nota. Y que no decaigan.
4 – BLUE SKY BLACK DEATH – Glaciers
Se les considera los mejores productores del estilo llamado instrumental hiphop. Dejando las eitquetas aparte, lo que hacen Kingston Maguire y Ian “Young God” Taggart es de una belleza escalofriante que deja a las etiquetas mezcladas como un batiburrillo inconexo. Blue Sky Black Death (frase del mundo del paracaidismo que alude a la belleza y a la muerte) es música instrumental y de sampling en estado puro. Y punto.
Reconozcámoslo, como Ágaetis birjun no habrá un disco igual, pero Sigur Rós, a pesar de contar con la baja de Kjartan Sveinsson, han mantenido el listón muy alto, especialmente con este último trabajo donde la percusión toma el protagonismo de un modo brutal.
6 – DAVID BOWIE – The next day
¿Qué más se puede decir de esta resurrección? Nada, de verdad. Tan sólo disfrutar del gran duque blanco de nuevo, de su camaleonismo, de su ARTE, de su voz, de sus videos, de su inmensa sabiduría, y de uno de los pocos artistas que, si existieran los Premio Nobel de Música, se hubiera llevado más de uno.
7 – DEEP FOREST & RAHUL SHARMA – Deep India
Deep Forest es una de mis debilidades desde que publicaron su primer trabajo, precisamente titulado Deep Forest hace ya 21 años. Fueron mis ídolos durante muchos años, junto a Enigma, porque hacían la música que yo siempre había soñado. No todos sus trabajos son memorables, pero esta colaboración con Rahul Sharma es exquisita.
8 – EMILIANA TORRINI – Tookah
¡Qué voz! ¡Qué música! ¡Qué todo! Belleza con frialdad nórdica, calidez con sangre latina. Música que te penetra cual transfusión en el cerebro, vitaminas de candidez inteligente, dulce, valiente, audaz y espontanea.
9 – BONOBO – The North borders
El único inconveniente de Simon Green aka Bonobo es haber compuesto dos de los mejores álbumes de la breve historia del sonido downtempo, como fueron Animal Magic y Black Sands. Pese a ello, The North borders posee momentos increíbles como Sapphire y Know you.
Fantástica producción fruto de la unión de los productores Andrew T. Mackay y Garry Hughes que enlazaron sus composiciones a través de sus viajes de Nueva York a Londres, pasando por Jamaica, Bombay, Nueva Delhi y Estambul. Uno de los discos que más me han llenado los espacios vacíos encontrados durante el año pasado.
11 – MOBY – Innocents
Similares palabras de las escritas de Depeche Mode o Deep Forest podrían decirse de Moby y sus anteriores trabajos, pero cuando un maestro trabaja los alumnos deben callarse, escuchar y aprender. Y Moby ha sido, es y será uno de los máximos exponentes de la música eletrónica. Y si no, escuchad Eveything that rises, The last day o A long time y disfrutad como enanos.
Belleza neoclásica con toques íntimos de pop en estado puro, Ólafur Arnalds nunca me ha dejado indiferente, todas sus canciones, de uno y otro modo, han provocado reacciones en mi piel, pelos de punta, piel de gallina, relajamiento, sonrisa onírica, ojos en penumbra. Un maestro que empieza a dar sus primeros pasos en bandas sonoras (escuchar la música de la fantástica serie Broadchurch es una delicia).
13 – JON HOPKINS – Immunity
Hopkins se ha superado a sí mismo, consiguiendo que cada uno de sus discos sea de una calidad superior al anterior, magnificando pequeños detalles, creando sonidos en miniatura que se arrastran a través un gran cuadro, emociones auténticas que lloran mientras bailan en sus programaciones. Belleza absoluta en un desastre distorsionado, una verdadera obra de arte que viaja al mismo ritmo complejo de principio a fin. El mejor en su género.
Seudónimo musical del ateniense Antonis Haniotakis, basa su sonido en elementos melódicos y líneas de colores con un tono de melancolía. Melodías aéreas, suaves, a menudo cambiantes. Melorman intenta alcanzar y capturar esa sensación final que la melodía transmite sobre el estado emocional de los humanos.Y lo consigue. Una de mis sorpresas musicales de este año.
Hermoso, frágil, tierno, piano con corazón, Ludovico Einaudi sigue tocando la fibra más sensible con su música para todos los públicos aunque, especialmente para aquellos que amamos la música como un ente íntimo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario