Antes que nada, soy libre de escribir lo que me apetezca, aunque muchas veces no tenga ganas ni de pensar. Escribiré, mostraré fotos, hablaré de la música, de la literatura, lloraré, reiré... y me reiré especialmente de mí.
domingo, 25 de enero de 2009
El dinero del money de l'argent
jueves, 22 de enero de 2009
Letra y música de Beats Au Land - "Karma"
Letra y música compuesta por mi, aunque suene petulante...¡qué petulancia ni nada!. Bien orgulloso estoy de esta canción. Producida por mi amigo Darwin Barboza y la voz es de la increíble Violeta Curry, ex cantante de The Supremes.
Los perfectos ángeles furiosos de Rob Dougan
miércoles, 21 de enero de 2009
Imágenes del silencio
Siempre me ha atraído el silencio y la intimidad que se respira entre los panteones de cientos y cientos de desconocidos que, tras vivir su vida, decidieron -ellos mismos o sus familiares- que su cuerpo se difuminara bajo unas obras escultóricas que expresan la soledad, el amor y la tristeza de la desaparición o la pérdida. Varias veces he intentado describir los sentimientos recogidos mientras paseaba por las calles de los cementerios leyendo lápidas, frases recordatorias, fechas, de vez en cuando encontrando la tumba de algún personaje conocido de la historia.
Nunca he conseguido que esa descripción fuera todo lo exacta posible pero esos paseos eran como una especie de alivio frente a la dura situación, tanto no-laboral como vital, que me carcomía en esa época. Esas paredes grises, esos lamentos cincelados, esas palabras de lloro contenido me infundían respeto hacia la vida y un deseo firme de conseguir lo que quería. ¿Me ayudaron? No lo sé, pero es curioso que, tras más de un año de aquellos paseos, todavía los tenga tan presentes.
La ridiculez de un animal
Oooh Bama Bama Oh
lunes, 19 de enero de 2009
Un arBushto seco
Bush deja la presidencia de los USA y dejará de USAR la poltrona de la Casa Blanca para dedicarse a lo que mejor saber hacer, sentarse en la tumbona de su rancho de Texas con un vaso de agua en su mano –recordemos que dejó la bebida hace años, pero los efectos de ella le siguen llenando su ¿cerebro?-, y en la otra un libro de cuentos infantiles, de vuelta al revés, mientras su señora madre le relata las ventajas del evangelismo.
Bush se va y la foto de las Azores tan sólo será un recuerdo maldito de los tres co-jinetes, o cojoncetes, de la Apocalipsis. Bush y su troupe de payasos neocons se dedicarán a realizar conferencias, escribir libros y rememorar viejas batallitas, sin darse cuenta que esas batallitas seguirán siendo guerras en las mentes de los demás.
Gracias Jorge Arbusto porque tus ocho años en el gobierno de la nación más –según ellos- poderosa del mundo han terminado. Lástima que no te cogiera un delirium tremens en las elecciones que “ganaste” frente a Al Gore y, mirando hacia el futuro, espero que tu padre, George Bush senior, no se líe la manta a la cabeza y no consiga, como dijo hace unos días, que veamos a tu hermano Jeb –sí, el gobernador de Florida que tuvo tanto que ver en tu victoria-, como presidente de los EEUU en breve.
Vete a dormir la mona bajo los pozos petrolíferos de tu Texas natal y déjanos en paz. Amen.
Los inventores del bílogo
Desde el inicio, recibiendo al público vestidos de novia, se ponen a todos en el bolsillo. En el escenario, con su habitual indumentaria de faldas, chaqueta y zuecos, Alejandro y Pedro nos llevan por una cascada de juegos de palabras increíble, con momentos espectaculares como el cuento de Blancanieves explicado sin la última sílaba, o sea, el cuento de “Blancaniev”, o la vida del filoso Fo. Aunque también he de decir que nos gustaron mucho más los espectáculos “Breve desconcierto breve” y “Breve desconcierto nuevo”.
Todo y así, un placer verlos actuar.
"Els nois d'història" de Josep Mª Pou
Dirigida y protagonizada por Josep María Pou debo decir que, tanto la dirección como la interpretación fueron magistrales. Pero la obra en sí la consideramos demasiado larga y, sobre todo, densa. Sin un minuto de respiro en sus, a veces, frenéticos diálogos, su ingente cantidad de cosas para comunicar sin llegar muchas veces a su destino final, sus sutilezas no muy bien transmitidas, te lleva a una sensación de pesadez y de un deseo de mirar el reloj, como si nos fuera a decir lo que falta para que se termine la obra.
Pero he de insistir en el buen trabajo actoral, especialmente de Joseph María Pou en el papel del profesor Hector, Maife Gil como la sra. Lintott y todos los jóvenes actores que conforman los alumnos de la escuela inglesa que se preparan para entrar en Oxford o en Cambridge. Es de resaltar el trabajo de Nao Albert como Posner y la buena interpretación al piano, en directo, de las canciones que relajan un tanto la densidad de la obra.
Lisbeth y Mikael atacan de nuevo
No me ha dejado tan buen sabor como “Los hombres que no amaban a las mujeres” pero, debo decir que la descripción de los personajes es increíble. Stieg Larsson tiene una fabulosa capacidad de síntesis, de presión y de mantenerte en vilo página a página aunque, repito, no me ha llegado tanto como el anterior.
Lo que más me fastidia es la noticia que el tercer volumen de la serie, “La reina en el palacio de las corrientes de aire”, no saldrá hasta Junio… y que el pobre Larsson muriera sin saber el éxito que tendría su trilogía.
Mientras esperamos la salida del tercero –deseando que la editorial sea benévola con los lectores y adelante su edición-, podemos quitarnos el mono viendo el trailer de la película del primer libro. Ojalá su estreno sea pronto porque no niego que tengo un deseo morboso de saber como han conseguido plasmar la trayectoria de Mikael Blomqvist y, sobre todo, Lisbeth Salander en la pantalla.
Stieg Larsson amaba a las mujeres
Las aventuras del periodista Mikael Blomkvist y la hacker Lisbeth Salander con la extraña, interesante y millonaria familia Vander es uno de los mejores libros que he leido últimamente.
Su forma de escribir, intensa y, a la vez, muy fría me recuerda a sus colegas escandinavos Henning Mankell, con su inspector Wallander, y el nocturno, espectral y vampiresco “Déjame entrar” de John Ajvide Lindqvist pero, a diferencia de los otros que agudizan ese frío glacial de su Suecia natal en los libros, a mi modo de ver “Los hombres que no amaban las mujeres” tiene influencias de James Ellroy y su “Dalia Negra” e, incluso, de James Patterson y el implacable seguimiento de todos los detalles que realiza su personaje Alex Cross.
“Los hombres que no amaban a las mujeres” es una novela muy recomendable.
Los pequeños hombres libres de Terry Pratchett
Quizás será mejor que empiece hablando de Terry Pratchett y de por qué sus libros deberían ser lectura obligada en todas las escuelas y, utópico que es uno, en los metros, autobuses, salas de espera, etc, etc.
Terry Pratchett es el creador del Mundodisco, un universo paralelo, completamente plano y situado sobre el lomo de cuatro elefantes, los cuales se encuentran sobre el caparazón de la Gran Tortuga A'Tuin que se desplaza por el Universo como si fuera una infinita piscina. En el Mundodisco, y especialmente en su capital, Ankh-Morpork, se situan la mayoría de las historias escritas por este genial escritor inglés, considerado el segundo escritor más vendido de Gran Bretaña, sólo por detrás de J.K. Rowling y su saga de Harry Potter. Personajes como Rincewind, Yaya Ceravieja, Gaspode, el Bibliotecario, Cohen el bárbaro, Lady Rimkin, Sam Vimes y su guardia de la ciudad -especialmente con Nobby Nobbs, el sargento Colon, Zanahoria y Angua-, el patricio de la ciudad Lord Vetinari y, por encima de todos, La MUERTE llenan las páginas de un humor que mezcla ironía, sarcasmo, inteligencia y "mala leche" hasta un punto que tienes que dejar de leer para reir y debes dejar de reir para seguir leyendo.
"Guardia, Guardias" -aplastante crítica a los poderes ejecutivos de una ciudad y al tradicionalismo de muchos-, "Imágenes en acción" -¿quien no puede ver una ironía de Hollywood en este libro?-, "Pirómides" -el Antiguo Egipto en el Mundodisco-, "El Segador" -La Muerte se ha hartado de su trabajo y baja al mundo "normal" a trabajar en el campo-, "Mascarada" -parodia del musical "El fantasma de la Ópera-, "Tiempos Interesantes" -brutal libro con la China del Mundodisco como protagonista-, y tantos otros libros escritos por el "hombre del sombrero". Las últimas noticias son que Terry Pratchett padece alzheimer y todos los "kevins" (apodo por lo nos conocemos los amantes de sus novelas) estamos un poco más tristes de lo normal mientras esperamos la edición de su última novela, "La Verdad".
sábado, 17 de enero de 2009
Gambia - Verano 2008
Tras la bajada del avión, nos llevaron a nuestro hotel, el Ocean Bay, en Bakau, situado a escasos kilómetros de la capital de Gambia, Banjul. El hotel Ocean Bay se encuentras justo en la unión del río Gambia con el mar, en un arenoso remanso de paz acuática. Es un hotel bien cuidado con amplios jardines, entre los cuales se encuentran los bungalows de dos pisos donde se encuentran las diversas habitaciones. La llegada fue a una hora muy tardía y, como pudimos comprobar durante todo el viaje, tuvimos que correr hasta nuestras habitaciones por el diluvio universal que cayó en breves minutos.
Gambia es un pais muy especial, sobre todo si ya empezamos mirando un mapa del país, una franja de tierra estrecha bordeando el río Gambia y rodeado de otro país, Senegal. Por cierto, no tiene nada que ver la gente de Gambia con la de Senegal. Aquella sonríe pese a sus carencias, se siente orgullosa del crecimiento de su país. La gente senegalesa, por el contrario, parece estar demasiado conformada con la inutilidad de sus políticos e, incluso, su comportamiento corporal y sus caras desprenden ese pasotismo, indiferencia y acatamiento ante el hecho de que, su única lucha ya es tan sólo que el día de hoy sea como ayer, sin esperar que el de mañana sea mejor.
Hacia el interior de Gambia podemos encontrar lugares tan hermosos como el Bosque cultural de Makasutu, donde puede realizarse un exótico y atractivo recorrido en canoa por los manglares; Tendaba, junto al parque nacional Kyang West. Desde Lamin Lodge se puede tomar una embarcación que te lleva, a través de manglares y calas del río, hasta Denton Bridge, cerca de Banjul. En la propia embarcación te ofrecen una comida a base de arroz, sopa, pollo, todo riquísimo.
Vale la pena visitar el mercado de Banjul y, con constantes y agotadores regateos, intentar conseguir unas preciosas piezas talladas en madera, instrumentos musicales, collares o telas espectaculares pintadas a mano. También es espectacular visitar el mercado de la mayor ciudad de Gambia, Serrakunda, aunque este mercado es mucho más anárquico y es recomendable solicitar la ayuda de un guía para visitarlo.
Pero si hemos de quedarnos con algo del viaje a Gambia es su gente. Su amabilidad, su atracción hacia la posibilidad de ganar unos billetes pero -al contrario que en otros paises africanos-, siempre con la sonrisa en los labios, siempre con la frase "We're friends. No problems in Gambia. Friends" en su boca cuando intuyen que su presencia pueda dar lugar a malos entendidos. Y los niños. Los niños son un caso aparte porque se les ve y -más aún-, son felices. Conozco varios países africanos, pero nunca he visto tanta felicidad en los rostros, los ojos y las sonrisas como en los niños de Gambia. Llegar a un poblado del interior del país, tras un larguísimo recorrido a través de las polvorientas carreteras de Gambia, todas por asfaltar y llenas de unos profundos baches, y encontrarte con esas caritas esperándote y se te olvidan todas los cansancios. Gambia es un país muy recomendable para iniciarte en el África negra. Te hará enamorarte de ese continente y desear volver a ver sus cielos estrellados, sus cambios inesperados de clima, sus verdes tan verdes y sus marrones tan marrones, su fauna a veces inaccesible y sorprendente.
Quizas no hayamos vuelto con un sentimiento tan abierto hacia Senegal donde, lo único que nos impactó de todo lo que visitamos fue la isla Gorée, patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, a la que se llega en transbordador desde Dakar, la capital de Senegal. Y no solamente nos impactó por su historia de centro del esclavismo y las mansiones de los vendedores de esclavos sobre las mismas mazmorras y celdas donde la gente negra se hacinaba peor que animales para, tras su venta, ser embarcados directamente en las bodegas de las goletas hasta las Américas, sino por la belleza en sí de la isla, del orgullo de sus 1.200 habitantes frente al mundo, de sus edificios cuidados, de la calle de los pintores, del paisaje desde su cima de toda la costa de Dakar.
Con toda la sinceridad del mundo, no perderé el tiempo hablando de poblaciones como Kaolack, Toubacouta o Dakar. He visitado muchos poblados en todo el mundo pero no creo haber conocido nunca una población tan deprimente, sucia, estancada en su miseria y sin ningún interés en salir de ella como Kaolack, en Senegal. Un lugar que, por su entorno, podría ser una de las principales capitales turísticas del interior del país cuando, en realidad, es el ejemplo perfecto para describir la sinrazón del ser humano hacia su propio entorno diario de vida.
En definitiva, fueron diez dias intensos, llenos de fotografías visuales y sentimientos encontrados, de cansancio físico pero sin querer dejar de llenarte de las sensaciones diarias que nos inundaron.
Fuimos a La Luna
Ella pidió una ensalada de rúcula con rollitos de jamón ibérico rellenos de mozarella y magret de pato con salsa de vino. Yo, una ensalada de la huerta con macedonia de frutas y pechuga de pollo rellena de paté sobre una salsa de hierbas, todo regado con una exquisita botella de vino blanco "Tramoya".
La Luna es un restaurante que, a primera vista, te parecerá muy ruidoso ya que, nada más entrar, te encuentras con el bar de copas y con la música demasiado alta. No obstante, la zona de restaurante se encuentra más al fondo y sus paredes de muros viejos y su sencilla pero agradable decoración con tonalidades burdeos, te llevan a sentirte en otra época. Si, además de esto, la comida es buenísima y el precio no está mal -alrededor de 32€ por persona-, hace que La Luna sea un restaurante muy recomendable.
viernes, 16 de enero de 2009
Marc Ant. Estil para servirle
Barcelonita en las afueras de la city, Byron out of town, enamorado de las siete notas en su propio zumo -sea pop, rock, chillout, lounge, ethnic o ambient juice-, apasionado en querer conocer todo lo que me rodea esté donde esté, sea en la habitación de al lado, sea en el rincón más alejado del mundo. Soy un hipócrita del dinero, pretendiendo querer que no lo necesito y deseando tenerlo para no pensar en él. Sé que la Luna me guiña el ojo cada noche. Y hasta me sonríe. Lo sé porque la he visto hacerlo. Sincero conmigo mismo hasta el punto de vanagloriarme, casi depresivamente, de ser un músico frustrado y un querer-y-no-poder viajero incansable. Llevo cinco años escribiendo un libro y, con la excusa que "tengo muchas cosas que hacer", no me siento frente al ordenador para terminarlo de una puñetera vez. Tengo un carácter... difícil pero sé que soy bueno. Tengo amigos y amigas, aunque mucha gente me haya decepcionado. I've got life, brother. I've got love, sister.
Y tengo al bicho desde hace seis años. Mi bicho, el auténtico, el único, el intransferible. The best. Kharma es la cordura y la locura, el despertar con los ojos estrábicos y el dormir con el culo frío, los colmillos deseando la mordedura y las migrañas eternas en fines de semana, los waspulinos perfectos y las uñas casi en carne.
Kharma es Beats Au Land.
De hecho su imagen provocó que, hará unos cuatro años, editara mi primera canción bajo el nombre artístico de Beats Au Land.
Hace seis años que el bicho me invadió de pies a cabeza. Tan sólo deseo que no quiera ni pueda salir nunca.